Evangelio viernes 8 de marzo
Viernes 8 de marzo de 2024 | Alejandra Castelblanco8 de marzo de 2024
Evangelio según San Marcos 12, 28b-34
Tercer viernes de Cuaresma
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?». Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser". El segundo es este: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay mandamiento mayor que estos». El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira
"Y le preguntó"
Jesús parece decirnos: hoy los invito a hacer preguntas. A no quedarse con dudas, a pensar en aquello que no tienen resuelto. Es importante darse cuenta de las interrogantes que mueven la vida y detenerse a pensarlas para formular las preguntas concretas. Yo siempre estaré dispuesto a responder cada una de sus preguntas. Cuando se sienten a formularlas, será una de las oraciones más profundas que hayan realizado. Ven, anímate, pregúntame, Yo te responderé.
Muchas veces simulo hacer preguntas, hago como que pregunté y yo misma respondo. Sin embargo, creo que preguntar a Jesús, es más profundo, es disponerse a escuchar una respuesta que no siempre es la misma que yo le doy a esa pregunta. Me gusta este desafío, me mueve a buscar en mi corazón, la pregunta que me intranquiliza, la que no me deja indiferente. Esta semana me animaré a formulársela a Jesús. Veremos qué responde.
Querido Señor: gracias por esta sencilla y a la vez profunda invitación. Quieres que te interrogue, que saque a flote las preguntas que mueven mi caminar. Gracias por tu paciencia, por tu espera incondicional a mis interrogantes. No dejes que me conforme con las respuestas que yo doy, haz que me atreva a preguntarte y escuchar con humildad tus respuestas. María preguntó al Ángel con confianza, haz que yo siga su ejemplo y espere confiada tu respuesta.
AMÉN