Evangelio viernes 4 de agosto

Jueves 3 de agosto de 2023 | Alejandra Castelblanco

4 de Agosto de 2023

Evangelio según Mateo capítulo 13, 54 - 58

Viernes de la décimo séptima semana del Tiempo Ordinario

San Juan María Vianney, Presbítero. Memoria Obligatoria.

Al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados. "¿De dónde le viene, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. Entonces les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia". Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"Y no hizo allí muchos milagros..."

Jesús parece decirnos: los milagros que realicé, no tuvieron la intención de convencer a la gente de seguirme o para que creyera en Mí, sino más bien, por la fe de las personas, porque creyeron en Mí. Es decir, la persona depositó su fe en Mí, confiando en que se realizara el milagro. Sin fe, aunque se realizaran los milagros más inesperados, no basta para que la persona crea, buscará una explicación racional para aquello que vio. La invitación que hoy les hago es doble: mirar a su alrededor y descubrir los milagros que están ocurriendo y también descubrir si tienen fe como para permitir que se obren milagros en sus corazones.
Rara vez me ha tocado ver milagros como los que relata la Biblia, pero sí he visto cómo puede cambiar una persona cuando se acerca al amor de Dios. He experimentado compañía, auxilio, alegría, cuando las cosas no están muy bien. He seguido adelante, aunque la pista se ponga dura, he visto como mis hijos se aferran a lo que creen cuando toman decisiones importantes...en fin tantos milagros que agradezco y pido que sigan ocurriendo y aún más, que los siga reconociendo para experimentar la obra de Dios en mi vida.
Señor: el primer milagro, es reconocer tu amor, tu compañía, tu cariño. He sentido tu presencia en medio de la dificultad y eso me mantiene con esperanza. Te pido perdón por los momentos de flaqueza, de duda en que no veo cómo seguir adelante. Gracias por estos momentos duros que me hacen reconocer y valorar los momentos buenos. Gracias por hacernos sentir hijos pequeños en tus manos de Padre. No permitas que jamás me aparte de Ti y que, a través de María en el Santuario, experimente las gracias de acogida, transformación y envío que son los milagros palpables de cada visita.

AMÉN

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