Evangelio viernes 3 de noviembre
Viernes 3 de noviembre de 2023 | Alejandra Castelblanco3 de noviembre del 2023
Evangelio según San Lucas 14, 1-6
Viernes de la trigésima semana del Tiempo Ordinario
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Delante de él había un hombre enfermo de hidropesía. Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: "¿Está permitido curar en sábado o no?". Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo curó y lo despidió. Y volviéndose hacia ellos, les dijo: "Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?". A esto no pudieron responder nada.
Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto
"Ellos lo observaban atentamente"
Jesús parece decirnos: yo quiero invitarlos a observar pero de una manera distinta a la que hacían los fariseos. La observación que yo les propongo es a mirar con atención para grabar en sus corazones las obras de bien para que puedan reproducirlas en el futuro. No una observación que suponga descubrir la debilidad del otro, sino más bien la fortaleza que hace que se admire a esa persona. Observen a su alrededor y verán que en todos los seres humanos, se puede ver algo del rostro del Padre.
Muchas veces me he descubierto mirando como lo hacían los fariseos: tratando de descubrir en qué se va a equivocar Jesús, o dónde estará su debilidad y la verdad es que la sensación que queda después es amarga. Cada día, se nos presentan personas increíbles, es solo que hay que aprender a observarlas con benevolencia. Todos tenemos un porqué o una explicación a ciertas actitudes que sin saberlas pueden ser criticadas. Me gusta pensar bien del otro, pero no siempre lo hago. Espero mejorar y reconocer el rostro de Jesús en cada ser humano.
Querido Señor: haz que cada persona, sea una oportunidad para conocerte y para descubrir el rostro del Padre. Haz que solo me fije en lo bueno, en lo positivo y en lo dulce del otro. No permitas que caiga en la tentación de observar sus defectos, sus debilidades o en la posibilidad de dejarlo mal. Gracias por todas las personas que con su cariño me muestran el rostro amoroso del Padre. Gracias por los niños, que con su inocencia y espontaneidad, transforman al más duro de los corazones. Gracias Señor, por darnos a tu madre en el Santuario y que al observarla solo salen buenos deseos y esperanzas para el futuro.
AMÉN