Evangelio viernes 26 de enero

Jueves 25 de enero de 2024 | Alejandra Castelblanco

26 de enero de 2024

Santos Timoteo y Tito

Evangelio según San Marcos 10, 1-9

Tercer viernes del Tiempo Ordinario

El Señor designó a otros setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde Él debía ir. Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni provisiones, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: "¡Que descienda la paz sobre esta casa!" Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan, sanen a sus enfermos y digan a la gente: "El Reino de Dios está cerca de ustedes".

Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira

"...como de costumbre."

Jesús parece decirnos: una costumbre es algo que se repite en el tiempo, algo que se hace frecuentemente y que se hace porque importa. Yo acostumbraba a enseñar como una costumbre, algo cotidiano, que era la manera de transmitir el mensaje de mi Padre. Pues bien, yo estoy con ustedes todos los días, y quiero que se les haga costumbre estar en sintonía conmigo. Cada día se aprende algo nuevo, vale la pena preguntarse cada noche: ¿qué aprendí hoy? ¿cómo te encontraste conmigo hoy?

Uno tiene tantas costumbres: dormir de cierta forma, salir a caminar o hacer un deporte...tantas costumbres que de tanto hacerlas no se olvidan. Creo que hoy el llamado es a revisar mis costumbres. Priorizar lo que hago para que mis costumbres estén ancladas al Padre. Aquí, la costumbre de Jesús era enseñar. Uno como aprendiz, tendría que estar alerta, aprender a valorarlo y poder integrarlo mejor. Creo que es bueno preguntarse cada noche: ¿qué costumbres hice hoy?.

Querido Señor: qué linda costumbre tenías con los tuyos. Hoy quieres que sea también mi costumbre, aprender de Ti, estar en sintonía y cada día dar un paso más. Gracias por las herramientas que pones en mi camino y que me ayudan a hacer lo más concreto. Gracias por el horario espiritual que concretiza esa costumbre de ir aprendiendo día a día a mejorar y encontrarnos contigo en cada acontecimiento de la vida diaria. Señor, no abandones nunca la costumbre de enseñarme.

AMÉN

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