Evangelio viernes 25 de marzo

Viernes 25 de marzo de 2022 | Alejandra Castelblanco

25 de MARZO DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 1, 26 - 38

Solemnidad de la Anunciación del Señor

El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin". María dijo al Ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?". El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios".
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"¡Alégrate!"

Jesús parece decirnos: la vida necesita de alegría. El saludo del Ángel comienza con el llamado a la alegría. La visita, que implicaba una respuesta de mi Madre, cambiaría el curso de la historia de la salvación. Sin duda, se podría pensar que el Ángel debería haber dicho como primera palabra: "Cálmate" o "Tranquila" y, sin embargo, dijo: "¡Alégrate!". Si a cada situación de la vida, sea difícil o complicada, escuchan al Ángel de la guarda que le dice al oído: Alégrate, seguro la situación o decisión que tomarán, se llenará de optimismos.

La alegría es una emoción que disfruto, que necesito, que invoco, que practico y que siempre la considero para no caer en el pesimismo o desánimo. Creo que siempre hay motivos para quejarse, para sentir que merecemos consuelo o que estamos peor que otros. Este llamado a la alegría, derrota ese sentir apesadumbrado, triste...transformando el corazón hacia nuevos caminos. Creo que hay que practicar esta emoción, anteponerla, disponerse a ella y descubrir que siempre hay más motivos para alegrarse de que para entristecerse.

Querido Señor: quieres que experimente la alegría, quieres que me prepare para lo que venga, con un corazón lleno de agradecimiento y alegría por todos los regalos que me das a diario. Ayúdame a mirarlos, a gozarlos, a no descuidarlos para sentir que estás conmigo y que me acompañas en cada decisión que voy tomando. Gracias por la visita del Ángel a María que la invitó a alegrarse antes que a preocuparse por lo que venía. Haz que reciba tus anuncios con la misma disposición que María.

AMÉN

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