Evangelio viernes 23 de febrero

Viernes 23 de febrero de 2024 | Alejandra Castelblanco

23 de febrero de 2024

Evangelio según San Marcos 3, 31-35

Primer viernes de Cuaresma

Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que, si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y solo entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.

Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira

"(...) aquel que se irrita contra su hermano"

Jesús parece decirnos: es fácil caer en la tentación de preocuparse solo por los preceptos y mandamientos y olvidarse de las pequeñas cosas, que son en definitiva lo que cultiva un corazón de carne y no de piedra. Puede parecer muy exigente, pero el llamado a seguirme es radical, no es de cumplimiento sino más bien de entrega y amor sobre todo. Está bien hacer sacrificios y ofrendas, pero si no se cuida el amor al prójimo, no tiene sentido ninguna ofrenda por grande que parezca. Esta Cuaresma te invito a revisar tu amor a los demás y a dar un paso en ello.

Me gusta esta lectura, la siento como un llamado específico a revisar los detalles de la vida: cómo saludamos, como miramos, conversamos o dedicamos tiempo a los demás. Un gesto de amor vale más que cualquier sacrificio. Hoy específicamente me sentí llamada a pedir perdón por estar irritable. Me costó porque sentía que tenía justificación, sin embargo, decidí hacerlo y me sentí muy tranquila y feliz de haberlo hecho y se me devolvió mucho cariño a cambio. Vale la pena esta invitación de Cuaresma. Lo voy a tener presente.

Querido Señor: gracias por esta invitación de amor. A no cegarnos y pensar que solo lo grandioso vale, sino que cada detalle o gesto de cariño y perdón se transforma en lo más grande. Tú eres mi ejemplo, Tú viniste al mundo solo para amarnos sin medida. Haz que lo tenga siempre presente y que pueda volcar mi amor a los demás cada día y en cada detalle. No dejes que te abandone en esta Cuaresma. Que tu madre me eduque y transforme mi corazón.

AMÉN

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