Evangelio viernes 2 de febrero

Jueves 1 de febrero de 2024 | Alejandra Castelblanco

2 de febrero de 2024

Evangelio según San Marcos 6, 14-29

Cuarto viernes del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: «Juan Bautista ha resucitado, y por eso los ángeles actúan en él.» Otros decían: «Es Elías.» Otros: «Es un profeta corno los antiguos.» Herodes, al oírlo, decía: «Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.» Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.» Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.» Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?» La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.» Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.» El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira

"...su fama se había extendido por todas partes..."

Jesús parece decirnos: de cada persona se puede decir algo. Sin conocer mucho a alguien, lo que más resalta o llama la atención de una persona, es lo que se dice de ella. Sin duda, los milagros hicieron que tuviera buena fama y que se hablara de Mí. Sin embargo, nadie me defendió a la hora de la condena. Lo que quiero decir, es que, por un lado, si quieren que se digan cosas buenas de ustedes, cultiven sus talentos que opacarán sus defectos. Sin embargo, no se queden con lo que dice la gente, lo importante es lo que el Padre quiera de cada uno. Eso es lo que los llevará a enfrentar cada obstáculo y vivir plenamente.

Me tocó ir al funeral de una mujer excepcional. Qué orgullo sentían sus hijos, nietos y bisnietos. Para mí un funeral es una oportunidad para reflexionar acerca de cómo me gustaría que me recordaran. Esta vez me pasó igual, sin embargo, me quedó una sensación de tanta paz al tener la certeza que ella seguro estaba en el cielo con su marido mirando el lindo homenaje que le hacían todos los que quiso. Eso me motiva, quiero ir al cielo y eso tiene que marcar mi vida y cómo me recuerden, se dará por añadidura.

Querido Señor: gracias Señor por mostrar el camino. cada cosa que uno se propone, la encuentra en tu paso por este mundo terrenal. Gracias por llevarme a descubrir mi Ideal Personal que tanto me ayuda a pulirme y acercarme al querer del Padre. Que María sea mi educadora y produzca en mí la sabiduría para lograr centrarme en ir al cielo. Dame la luz necesaria para encontrar el camino correcto en cada situación que pones en mi vida. Gracias por ser tan concreto.

AMÉN

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