Evangelio viernes 18 de noviembre
Viernes 18 de noviembre de 2022 | Alejandra Castelblanco18 de NOVIEMBRE DEL 2022
Evangelio según San Lucas capítulo 19, 45 - 48
Viernes de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario
Jesús al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: "Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones". Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto
"... pendiente de sus palabras"
Jesús parece decirnos: El pueblo estaba pendiente de mis palabras, supo enfocarse en lo importante, no perdió la oportunidad de escuchar. A eso los llamo Yo, a que acudan al Espíritu Santo, que con sus dones sabrá conducirlos a la sabiduría de vivir, para entender las palabras del Padre y acoger sus consejos. Tener fortaleza en las dificultades, y con su don de ciencia ver con lucidez sobrehumana las cosas del mundo. Rezar confiadamente día a día reconociendo humildemente la infinita grandeza de Dios por su don de Temor de Dios. No se pierdan, sigan este consejo
Día a día rezo al Espíritu Santo. Me ayuda, me sitúa, me organiza, me ayuda a aprovechar mejor el día. De sus dones el que más pido es el de la Sabiduría, me falta mucha: cuando no sé qué contestar a un hijo que me enfrenta, cuando un alumno me hace una pregunta difícil, cuando hay que elegir qué hacer frente a dos cosas importantes....Son situaciones complejas y simples a la vez porque todos los días se nos presentan en mayor o menor complejidad. Cuando invoco al Espíritu Santo, siento un alivio, la decisión que tomo es con Él y eso me tranquiliza. Quiero profundizar más esta relación, invocando sus dones y frutos.
Querido Señor:¡¡¡ Qué grande eres!!! Estás siempre, y a través del Espíritu Santo me mueves a lo correcto como al pueblo de esta lectura que estaba pendiente de tus palabras. Quiero esa tranquilidad, quiero invocarte a diario para no equivocar el camino, para saber qué hacer, qué pensar, cómo rezar, cómo actuar...en fin todo, porque estás en todo, no importa si es grande o pequeño, te ocupas de todo porque eres omnipotente y eso me hace alabarte y agradecerte. Gracias por tu infinita paciencia conmigo, por tu compañía incondicional, tu cercanía constante y tu Amor misericordioso.
AMÉN