Evangelio viernes 16 de febrero

16 de febrero de 2024

Evangelio según San Mateo 9, 14-15

Viernes después de Ceniza

Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?" Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira

"...entonces ayunarán"

Jesús parece decirnos: aprendan a reconocer lo que corresponde hacer para cada momento. Sean atinados. La Cuaresma es una invitación a retirarse interiormente, a estar más reflexivo, a estar más comunicados con el Padre. El ayuno invita a esta reflexión porque se necesita del Padre para poder soportar el hambre: hambre de hablar de más, de hacer cosas por hacer, de preocuparse solo por el bienestar...La invitación está hecha. Dejen un tiempo para el ayuno, el ayuno en toda su dimensión, y experimentarán el gozo de la presencia del Padre. Ya vendrá el tiempo de la fiesta, cuando vivamos la Pascua. Estén alerta !

Cuesta la cuaresma en vacaciones. Cuesta ponerse en sintonía porque las vacaciones son como estar de fiesta. Creo que tiene más valor cada sacrificio que uno hace. Cada renuncia cuenta y creo que debo pensar en cuáles serán las mías para preparar el corazón. Creo que voy a renunciar a la lata, a estar más dispuesta a escuchar, acompañar y a atender. Quiero ser creativa y proponerme estar alegre cuando no todo salga bien. Pensar en que la cuaresma es en vacaciones suena desatinado, pero, por otra parte, Dios irrumpe en todo momento y esto me remece para estar alerta.

Querido Señor: gracias por invitarnos a vivir esta Cuaresma en medio del verano. Gracias porque en vacaciones también estás presente y quieres que te acompañemos hacia la Pascua. Haz que esta cuaresma sea especial y que pueda ir dando pequeños pasos para vivirla intensamente. Remueve mi corazón adormilado, haz que despierte a este nuevo momento Si tú quieres que lo hagamos, necesito de tu fuerza y compañía porque no es fácil. Que María sea mi guía y mi compañía para vivir con fe este camino que juntos recorreremos hasta la Pascua.

AMÉN