Evangelio viernes 15 de marzo
Viernes 15 de marzo de 2024 | Alejandra Castelblanco15 de marzo de 2024
Evangelio según San Juan 7, 1-2. 10. 25-30
Cuarto viernes de Cuaresma
En aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas. Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: «¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene». Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado». Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.
Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira
"No quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo"
Jesús parece decirnos: sean prudentes, no temerarios. Tener fe y seguir el camino del Padre supone confianza y tranquilidad, sin embargo, también implica cautela y prudencia. Es necesario planificar las acciones y saber qué hacer en cada caso. Aquí se trataba de una persecución, y por eso la cautela en la acción. Hay ocasiones en que la prudencia debe utilizarse en el hablar, saber qué decir y cuando es oportuno callar. Esa es mi invitación, sean prudentes y cautelosos, pero no se dejen paralizar por temor. Yo igual subí a la Fiesta.
Muchas veces siento temor, miedo a hacer o decir algo. Temor por quedar en ridículo y miedo que me pase algo malo. Me llamó la atención esta actitud de Jesús como tomando las precauciones de su actuar. Mis miedos se relacionan más con decir lo correcto a un hijo o a mi marido, no herir con mis palabras. Sin embargo, creo que, buscando los momentos adecuados, los tiempos justos, es más difícil equivocarse. Mi gran aliado: el Espíritu Santo, Él me acompaña siempre y me ayuda a superar mis miedos.
Querido Señor: Hoy me invitas a valorar la prudencia, a no actuar instintivamente. Quiero planificar mi vida de acuerdo a tus planes, quiero coincidir con tu querer hacia mí. Haz que sea un fiel reflejo de mi Ideal Personal, para actuar con prudencia y cautela y al mismo tiempo con decisión y confianza. Que este tiempo de cuaresma me haga reflexionar sobre estas actitudes tan necesarias en la vida espiritual y que el Espíritu Santo nunca me abandone. Condúceme al Santuario fuente de gracias que me ayudan a vivir mejor esta Cuaresma.
AMÉN