Evangelio viernes 12 de abril

Viernes 12 de abril de 2024 | Alejandra Castelblanco

12 de abril de 2024

Evangelio según San Juan 6, 1-15

Segundo viernes del tiempo de Pascua

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman estos?». Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo». Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira

"Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada"

Jesús parece decirnos: yo necesito que parta de ustedes la solución a los problemas. Que ustedes pongan de su parte, aunque lo consideren poco. Aquí la valentía e inocencia del niño que ofrece todo lo que tiene es el gran ejemplo a seguir. Les he dicho que sean como niños, porque ellos se atreven, no sienten vergüenza de presentarse tal cual son y con transparencia ofrecen lo que tienen. ¿Qué quieres ofrecer tú hoy? ¿Cuáles son tus panes y tus peces?

En muchas ocasiones he sentido reticencia de mostrarme como católica, no por serlo sino porque me da pudor que piensen que yo puedo creer que hago las cosas correctas y otros no. Ese freno seguro no lo tiene un niño. Ellos dicen lo que quieren, comentan lo que sienten y no están preocupados de lo que puedan creer o pensar de ellos. Mis alumnos me dan a diario una muestra de cómo es ser hijo de Dios, de ser hija confiada en los brazos de Dios Padre. Sin duda los niños son transparentes y mueven corazones.

Querido Señor: te pido de todo corazón que transformes mi corazón cansado de adulto, en un corazón vigoroso, tierno y transparente de niño. Haz que me fije en cada rostro de niño, para asemejarme más a Ti. Que no permita que la lata o el cansancio diario, borren la fertilidad de un corazón lleno de tu amor. Que mis alumnos sean mis maestros y María, sea mi ejemplo, mi luz y me impulse a buscarte en cada carita de niño.

AMÉN

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