Evangelio sábado 8 de julio
Sábado 8 de julio de 2023 | Gonzalo Manzano8 de Julio del 2023
Evangelio según San Lucas capítulo 9, 14 - 17
Sábado de la Décimo Tercera Semana del Tiempo Ordinario
Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?". Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!".
Meditación de Gonzalo Manzano González
Jesús parece decirme: Mientras caminaba por el mundo con ustedes, les mostré el camino de primera mano, me acerqué a ustedes al punto de hacerme Hombre. Quise mostrarles cómo es que deben vivir para alcanzar la Vida Eterna. No los obligué a nada, y ahora tampoco lo hago, porque sólo quiero que ustedes en su libertad, me elijan a Mi. Luego, di mi vida por cada uno de ustedes, resucité para abrirles las puertas del Cielo, y luego ascendí de regreso al Padre y al Espíritu. Ahora les toca a ustedes caminar la senda señalada, y buscarme en la Eucaristía para volver a tenerme en sus corazones, como cuando caminaba a su lado.
Desde hace dos semanas, Jesús me ha invitado a acercarme más a Él en a la Eucaristía. Me ha costado, ya que tengo bastantes cosas en mi plato, pero también siempre hay una excusa para no reservar tiempo para estar con Él. Y más encima, el único que se lo pierde soy yo, ya que Él no necesita de mí, sino que soy yo el que lo necesita a Él. Claro, el quiere mi amor porque goza con Él, pero no lo necesita. De a poco quiero ir forjando ese hábito de la Eucaristía diaria, porque si de verdad lo amo, si de verdad quiero tener a Cristo en mi corazón, debo trabajar para hacerlo. Este es mi ayuno y mi conquista.
Señor Jesús, quiero conquistar mis pequeñeces, dar los pasos que sean necesarios para vencerme a mí mismo, auto educarme y acercarme a lo que Tú me invitas a hacer con la vida que me regalaste. Es un trabajo arduo, y la tentación de quedarme cómodo durmiendo en tonteras es súper grande; pero en verdad mi amor por Ti es mucho más grande, y no quiero quedarme sólo en palabras. Quiero ser un hombre recio, que no se deje doblegar por las cosas superfluas que se disfrazan de importantes. Necesito entrenar mis sentidos para distinguir esos disfraces, y así elegir siempre por acercarme a Ti.
AMÉN