Evangelio sábado 6 de mayo
Sábado 6 de mayo de 2023 | Gonzalo Manzano6 de MAYO del 2023
Evangelio según San Juan, capítulo 14, 7 – 14
Sábado de la Cuarta Semana de Pascua
"Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto". Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.
Meditación de Gonzalo Manzano González
"Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí"
Jesús parece decirme: Esta es la revelación de la primera relación en el misterio de la Trinidad. Dios, el mismo que el Padre, hecho hombre en Mí, y entre Nosotros, el Espíritu de Amor. ¿Lo crees? ¿Te das cuenta de que soy el Emanuel? ¿El "Dios con nosotros"? No se trata de entender, de racionalizar algo que está muchísimo más allá de la comprensión humana, y que supera la propia realidad de la Creación. Esto es Fe, aquel don y virtud que debiese normar tu actuar diario, junto al Amor y la Esperanza. Como dije, pídeme algo en mi Nombre y Yo lo haré. Pídeme Fe, y la tendrás.
Este misterio es obscuro por su infinita dimensión. Me cuesta tanto verlo, como tratar de abarcarlo. He logrado tener cierta idea, pero en realidad, creo que por mucho que entienda las relaciones, no tengo ni la más remota noción de la profundidad del vínculo Trinitario. Ahí, no me queda más remedio que entregarme con humildad a la fe que pido al Señor, de que Él en su omnipotencia, algún día, seguramente si merezco y quiero resucitar, me dará la oportunidad de entenderlo y observarlo en su gloria. Y mientras, con paciencia, pedir, pedir y pedir para que con calma y en oración, pueda hacerlo feliz.
Señor Jesús, en tu Trinidad Santa un solo Dios, te alabo en todas tus personas, en la manifestación de ese Amor que no me abandona, y que se me demuestra crucificado y resucitado en esta Pascua. No merezco ni siquiera que me mires, porque en tu grandeza, nada lo merece, pero igualmente vuelves tu vista sufriente hacia mi desde el madero del dolor, para ofrecerme consuelo y a tu Madre para que me cuide y me guíe. Y luego, vences a la Muerte para que no reine sobre los hombres que te aman. Sólo puedo darte gracias por tanto Amor, Señor. Gracias, infinitas, y gracias por acercarme a tu Madre que me ama.
AMÉN