Evangelio sábado 3 de febrero
Viernes 2 de febrero de 2024 | Gonzalo Manzano3 de febrero de 2024
Evangelio según San Marcos 6, 30-34
Cuarto sábado del Tiempo Ordinario
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Meditación de Gonzalo Manzano González
"Muchos los vieron marcharse y los reconocieron"
Jesús parece decirme: Muchas personas me ven, me conocen, saben quién fui en la Tierra y quién soy ahora. Algunos al reconocerme, se asumen criaturas limitadas y abrazan la fe. Otros, me ven, pero se rehúsan a creer y no reciben ese don. Como ves, Yo no dejo a nadie indiferente y todos toman una posición, tal como separé a las ovejas y las cabras. En otro momento dije también que venía a traer la división entre padres e hijos, entre hermanos. Eso es porque ustedes tienen el tremendo regalo de elegir, tienen la libertad de abrazar mi Cruz y seguirme, o dejarla y continuar solos. ¿Qué eliges tú? Cada día es una nueva elección, cada día puedes abrazar mi Cruz.
Cristo siempre me asalta con estas preguntas. Y aparte de ser cada día una nueva oportunidad para elegirlo a Él como mi amigo y Señor, me hace cuestionarme si ayer o los días anteriores he actuado bien, si he sido digno siervo suyo. A veces yo mismo me decepciono, otras veces puedo despertar y vivir tranquilo, pero definitivamente no me deja indiferente. Es fuerte tener que elegir día a día, incluso varias veces al día, y ejercitar esa libertad es quizás de las tareas más difíciles de todo cristiano. De a poco debo ir educándome para encontrar la Voz de Dios en medio del mundo.
Señor Jesús, hoy nuevamente me haces elegir por Ti, asumir el desafío de ser tu discípulo, y aspirar a lo más grande abrazando tu Cruz. No dejes que me pierda, y menos que piense que Tú me has dejado solo. Sé bien que no es así, nunca, sino que las veces en que no me veo contigo es porque yo mismo te he alejado. Que no me aleje de Ti, Señor, ya que solo a tu lado puedo salir adelante. Madre Inmaculada, intercede por mi ante tu Hijo, porque necesito de toda la ayuda posible para mantenerme en el camino. Solo no puedo, y con tu guía y apoyo, sé que puedo más.
AMÉN.