Evangelio sábado 27 de mayo
Sábado 27 de mayo de 2023 | Gonzalo Manzano27 de MAYO del 2023
Evangelio según San Juan, capítulo 21 , 19 - 25
Sábado de la Séptima Semana de Pascua
Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado: "Señor, ¿quién es el que te va a entregar?". Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: "Señor, ¿y qué será de este?sús le respondió: "Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme". Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: "El no morirá", sino: "Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?". Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero. Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relata detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se escribirían.
Meditación de Gonzalo Manzano González
"¿Qué te importa? Tú sígueme."
Jesús parece decirme: Ustedes siempre andan mirando al costado, omparando, simplemente de curiosos. ¿Te acuerdas de la paja en el ojo ajeno y la viga en el tuyo? ¿Por qué te empecinas en medir las cosas que no dependen de ti, qu3 peten, y dejas de buscar las maneras de que eso "te afecte"? Dedícate con ahínco, entregando todo de ti, a seguirme, a prepararte como persona para discernir el Plan del Padre que se te plantea a cada segundo de tu vida, para que puedas tomar las decisiones que te lleven a Mí. Yo te amo, y quiero que estés conmigo, pero debes estar atento, no distraerte mirando al lado.
Quisiera no ser tan débil, tan lleno de indecisión. Cuando empiezo a ver que otros van más rápido, que a otros les va mejor, que son más felices, me pasa igual que a "los hermanos", y empiezo a no entender el verdadero punto de lo que Jesús me dice. Sé que Él quiere que lo siga, que me dedique a hacer felices a los demás, y que me entregue a transformar los corazones. Pero es que es tan fácil perder el rumbo, empezar a comparar y buscar fuera de mí, las respuestas que me permitirían mejorar como persona, o las responsabilidades de mis propias miserias. Quiero ir limpiando esas asperezas, para acercarme limpio al Padre.
Señor Jesús, hoy me hablas golpeado, y se siente esa severidad. Entiendo que me amas, tal como amaste a Pedro y, así y todo, a él le hablaste duramente, porque él era tan humano como yo. Si pudiera ser un poquito más como Pedro, quizás reconocería más fácil todas mis pequeñeces, y encontraría la verdad de las cosas más fácil, siguiéndote en cada paso. Tantos ejemplos me diste para que aprendiera de ellos, partiendo por tu Madre querida, Ella sea la estrella que me lleva a Ti, Señor, y que no me deje abatir por no encontrar las respuestas que supongo me acercan a Ti. Que de a poco encuentre el rumbo.
AMÉN