Evangelio sábado 27 de abril

Sábado 27 de abril de 2024 | Gonzalo Manzano

27 de abril de 2024

Santo Toribio de Mogrovejo

Evangelio según San Juan 14, 7-14

Cuarto sábado de Pascua

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

Meditación de Gonzalo Manzano González

"Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe?"

Jesús parece decirme: Poco menos de dos mil años, y aún algunos no me conocen a pesar que estoy con ustedes. El que no me conoce porque no ha tenido acceso a mi Palabra, es comprensible que en su ignorancia no entienda ni crea en Mí. Pero el que sí me conoce, porque otros le han mostrado mi Mensaje, y aun así no cree, es porque libremente prefiere no creer. Me entristece esa elección, pero la respeto, tal como un novio acepta que su novia termine su relación con él. Duele, y mucho, porque por ese amor entregué mi vida, pero ese mismo amor conlleva el respeto de su elección. Ahora, esa elección tiene consecuencias, y por mucho que duela, hay que saber vivir con ellas.

No puedo entender a aquellos que prefieren vivir sin Cristo. Me cuesta mucho empatizar con aquellas personas que conociendo a Jesús, su grandeza, y sobre todo la promesa que nos hizo y hace, elijan libremente no mantenerse a su lado. Es tanto más linda la vida con Él, la esperanza es tanto más grande, si uno acepta lo pequeño que es en medio de la Creación, y acepta también que algo se encargó de que esa Creación existiera, que no puede ser fruto de la casualidad. Estar solo es quizás la más difícil de las formas de vida, pero a algunos les hace sentido estar en compañías efímeras o pasajeras, en vez de compartir todo con aquel que eternamente estará a nuestro lado.

Señor Jesús, en algún pasaje del Evangelio, dijiste que el que te conoce hace lo que Tú mandaste. Quiero que mis acciones hablen de que te conozco. No quiero que dejes de invitarme a estar a tu lado, aunque sea yo el que torpemente quiera alejarme. No me hagas caso en mis tonterías, sino que por el contrario, en esos precisos momentos, despiértame y corrígeme como un padre a su hijo, para que yo vuelva a Ti. Mis limitaciones son varias, por lo que te pido que no hagas caso de ellas, ya que de verdad quiero vivir a tu lado, mostrarle al mundo y a Ti que te conozco, y que quiero hacerte feliz, siguiendo tu Evangelio, al igual que nuestra Madre.

AMÉN

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