Evangelio sábado 26 de abril
Sábado 2 de abril de 2022 | Gonzalo Manzano2 de ABRIL del 2022
Evangelio según San Juan capítulo 7, 40 - 53
Sábado de la Cuarta Semana del Tiempo de Cuaresma
Algunos de la multitud que lo habían oído, opinaban: "Este es verdaderamente el Profeta".
Otros decían: "Este es el Mesías". Pero otros preguntaban: "¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?". Y por causa de él, se produjo una división entre la gente. Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él. Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron: "¿Por qué no lo trajeron?". Ellos respondieron: "Nadie habló jamás como este hombre". Los fariseos respondieron: "¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él?
En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita". Nicodemo, uno de ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: "¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?". Le respondieron: "¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta". Y cada uno regresó a su casa.
Meditación de Gonzalo Manzano González
"Y cada uno regresó a su casa"
Jesús parece decirme: Es extraño que los hombres sean tan dubitativos. Discuten, cada uno airadamente defendiendo sus posturas, a veces pelean, cuando las palabras ya no bastan para imponer su punto de vista. En ningún momento se plantean la posibilidad que el otro tenga la razón, o que la propia postura no sea la mejor. Tanta soberbia, tanta falta de humildad. La pregunta de Nicodemo también es tibia, pero se somete a la sencillez del que no sabe. La verdad es solo una, y está en Mi. Lo que ustedes puedan creer o pensar es solo una aproximación a medias de esta Verdad. Sean sencillos y humildes, y verán la Verdad.
La postura de los fariseos me golpea mucho, porque supone la altanería de creer que por el hecho de ser quienes son, o por estar en los cargos que tienen, son infalibles. Claro que su autoridad no es regalada, sino que nace de su experiencia y sabiduría, pero ellas no son garantía de la verdad. ¿Cuánto más fácil sería la vida de las personas, si de verdad asumieran como propia el "solo sé que nada sé"? Hoy Cristo me llama a ser humilde, a asumir en mi corazón que no tengo todas las respuestas, y que aun las que tengo pueden estar equivocadas, por lo que necesito de Él para encontrar la Verdad.
Señor Jesús, sólo Tú eres la Verdad, esa que no muta y que no depende del punto de vista. Enséñame poco a poco a comprenderte, y a abarcar la inmensidad del contenido de esta Verdad. Soy débil y fácilmente me pierdo en mi propia soberbia y autosuficiencia, y no merezco tanto perdón. Guíame para ser amigo tuyo, para ir recorriendo los caminos que me propones, a ojos cerrados y sin confiar en mis propias certezas. Sólo Tú puedes llevarme al puerto seguro, por lo que sé el capitán de mi barco y llévame a través de la tempestad. Madre querida, voy contigo de la mano para encontrar ese puerto, ¡acompáñame!
AMÉN