Evangelio sábado 25 de febrero
Sábado 25 de febrero de 2023 | Gonzalo Manzano25 DE FEBRERO del 2023
Evangelio según San Lucas capítulo 5, 27 - 32
Sábado después de Ceniza
Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y dejándolo todo, se levantó y le siguió. Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos. Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
Meditación de Gonzalo Manzano González
"No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento."
Jesús nos dice: Todos tienen necesidad de Mí, y así debe ser, ya que todo lo que no soy Yo, es imperfecto y carece de algo, eso que sólo pueden encontrar en Mí. Pero de entre mis hijos, hay algunos que tienen mayor necesidad de Mí. Tú, como padre, si ves que alguno de tus hijos necesitando más de ti, ¿no lo apoyas más? Es lo mismo en mi caso, pero a un nivel absoluto. Vine al mundo a salvar a los pecadores, a aquellos que por opción o negligencia les cuesta más ver la verdad de mi Padre. Yo di mi vida para salvarlos a todos, pero esa Salvación es para todo el que la quiera recibir. Por eso, busco que todos puedan quererla sin obligarlos.
A veces me pregunto si no conviene tener tanta libertad. Elegir aquello que queremos, o aunque no lo deseemos, optamos porque creemos que nos conviene más. Por eso podemos optar por sacrificarnos en algo para darle a otro una alegría, o al revés, elegimos no compartir y quedarnos con todo. Seguramente sin libertad todo sería más fácil, pero también todo carecería de sentido, ya que nuestras elecciones no importarían. Elegir a Cristo adquiere un valor tanto más grande cuando elegimos en libertad. Con ella somos más felices eligiendo, y aunque nos equivoquemos, se nos regala la oportunidad de volver a elegirlo a Él.
Señor Jesús, llámame una y otra vez, porque una y otra vez me equivoco en mis elecciones. Ni siquiera se trata de ser llamado "justo", porque en verdad no me interesa, pero sí quiero hacerte feliz, y con mis malas elecciones no te glorifico ni te hago feliz. Me arrepiento de mis errores, porque te decepciono a Ti y a los que me quieren. No dejes que vuelva a equivocarme de esta manera, ya que el peso de mi propia culpa me oprime. Te pido perdón, Señor, de todo corazón, y te agradezco porque vienes una y otra vez a buscarme para volver a tu rebaño. Madre querida, perdóname tú también, porque soy tu hijo desobediente.
AMÉN