Evangelio sábado 24 de febrero
Sábado 24 de febrero de 2024 | Gonzalo Manzano24 de febrero de 2024
Evangelio según San Mateo 5, 43-48
Primer sábado de cuaresma
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo' y aborrecerás a tu enemigo". Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Meditación de Gonzalo Manzano González
"Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen"
Jesús parece decirme: Todo mi Mensaje, el Evangelio completo, es la hoja de ruta para que puedan alcanzar la salvación. Hoy te digo que seas perfecto como perfecto es el Padre. Imagínate, si tú a veces te comportas como si no me amaras, como si quisieras ser mi enemigo, y así y todo doy mi vida por ti, ¿cómo no querré que ames a tus enemigos? Quiero que seas como Yo, que intentes asemejarte a Mí. Claro está que nunca lograrás eso, porque no está en tu naturaleza ser Dios, pero sí puedes seguir mis pasos. Ama a todos, incluso a quienes te hacen mal, porque cada día te da una nueva oportunidad de dar la vida por aquellos que comparten tu misma suerte.
Ayer en Misa me di cuenta que no debemos odiar al prójimo, no porque sea algo negativo o tóxico solamente, sino que, dado que tenemos tan poco tiempo para ganarnos el favor de Dios en comparación a la Vida Eterna, no debiéramos perder ni un segundo en el odio ni el rencor. Si estamos aún en esta vida es porque el Padre aún no nos ha reclamado para ver si efectivamente nos queremos quedar con Él para siempre. Estratégicamente, nos conviene poner la otra mejilla, amar a nuestros malhechores, porque así no perdemos tiempo en enojarnos y desenojarnos, tiempo que es precioso para agradar a Dios. Quizás esa perspectiva es la que encontraron los Santos.
Señor Jesús, me has regalado la bendición que tanto te he pedido. Llevo años pidiéndote lograr ver el mundo, ver mi vida con la perspectiva de Dios, que hace que pueda dimensionar de mejor manera el panorama más grande. Claro que no es algo completo o que ya esté dominado, pero sí me permite ir tomando las mejores decisiones con mi vida, revisar hacia atrás si me he caído en algo para enmendar el error, e ir caminando tus pasos hacia la Vida Eterna. Estoy empecinado en ir siguiendo tu camino, y si bien me cuesta, tener esa claridad ayuda a encontrar el norte más fácil. Tengo claro que cada paso siguiendo ese norte es difícil, pero ver hacia dónde voy ayuda.
AMÉN