Evangelio sábado 23 de diciembre
Sábado 23 de diciembre de 2023 | Gonzalo Manzano23 de diciembre de 2023
Evangelio según San Lucas 1, 57-66
Sábado de la tercera semana de Adviento
Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella. A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: "No. Su nombre será Juan". Ellos le decían: "Pero si ninguno de tus parientes se llama así". Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. Él pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre". Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios. Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos, y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: "¿Qué va a ser de este niño?" Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él.
Meditación de Gonzalo Manzano González
"La mano de Dios estaba con él"
Jesús parece decirme: Juan es lo más cercano que tuve a un hermano de sangre, pero en verdad era y es mi hermano en espíritu. El Padre le encargó una misión pesada, que él abrazó como el honor más grande que podrían haberle dado. Él vistió feliz las ropas del heraldo del Mesías, envuelto en piel de camello y un cinturón de cuero. Su visión era siempre la de la perspectiva que da el Padre a quienes de verdad lo oyen y viven su vida en la frecuencia que Él señala. Vivía en el desierto porque en esa soledad podía hablar con su Señor, y tal como Yo, recurría a estos retiros constantemente. Tú puedes hacer lo mismo, pero requiere disciplina y una fe excepcional.
Siempre he visto a Juan como el modelo del hombre a seguir. María es por derecho propio el mejor ejemplo, pero contaba con su inmaculada concepción. Juan era uno como cualquiera de nosotros. Con pecado original y todo. ¿Cómo es posible que un hombre logre entrar tan profundo en el corazón de Dios, como para poder oírlo latir a cada segundo de su vida? ¿Cómo es posible ser tan fiel como Juan ante los ultrajes de este mundo injusto? Solo es posible llevar una vida como la de Juan si se vive en la convicción de que Dios quiere que demos exactamente cada uno de los pasos que nos llevan a dar la vida por Él y por todos y cualquiera de nuestros hermanos.
Señor Jesús, hoy quisiera pedirte para que me hagas más como Juan. No pretendo llegar a igualarlo, porque sería pretencioso de mi parte y no quiero ni puedo acercarme a tan claro ejemplo de amor por Ti. Sí quiero tenerlo como guía, para que a cada paso que dé, pueda acercarme a Ti más que a él. Veo la vida con ojos terrenales, y me cuesta mucho poder ver más allá de lo evidente. Que mi fe sea de esas que transforman el propio corazón, para que cuando sea necesario dar la vida por mis hermanos, defendiendo la verdad como lo hizo Juan, no sea una decisión difícil, sino que sea algo de lo que no puedo escapar sin engañarme a mí mismo.
AMÉN