Evangelio sábado 22 de octubre
Viernes 21 de octubre de 2022 | Gonzalo Manzano22 DE OCTUBRE DEL 2022
Evangelio según San Lucas capítulo 13, 1 - 9
Sábado de la Vigésima Novena Semana del Tiempo Ordinario
Meditación de Gonzalo Manzano González
En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. El les res-pondió: "¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera ¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera". Les dijo también esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: 'Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?'. Pero él respondió: 'Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. Pue-de ser que así de frutos en
adelante. Si no, la cortarás".
Meditación de Gonzalo Manzano González
"¿Las dieciocho personas que murieron (...) eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?"
Jesús parece decirme: Hoy quiero que te des cuenta que eso del "karma" no es algo "má-gico", o un equilibrio del universo. No pasa porque a uno lo persiga la buena o la mala suerte, sino que la creación entera tiene ciertas leyes, que son inmutables. Así lo quiso el Padre al crearla. Quien hace el mal cosecha mal porque sólo mal sale de él. Quien hace el bien cosecha bien porque el mal no puede salir del bien. No se trata de recibir mal porque hice mal, sino que las consecuencias de sus actos siguen una relación de causa-efecto. Por eso les dije que se conviertan, ya que dejar de hacer el mal y comenzar a obrar bien, cam-bia la vida.
Esta forma de ver la vida, "el Secreto", como le llaman algunos, no es algo esotérico, ni un cúmulo de energías que cargan la balanza para un lado o el otro. Creer que es así es desentenderse que uno mismo es el agente de cambio de nuestra propia vida. De nosotros depende recibir bien, ya sea en esta vida o en la siguiente, porque hemos querido libre-mente obrar bien. Esta lectura es -para mí- algo críptica, como si quisiera esconder la ver-dad al no entender el contexto. Pero luego, Cristo me habla sencillamente, y me muestra su intención.
Señor Jesús, ¡muchas gracias por explicarme esto! Quiero de verdad ser el responsable de las cosas buenas que me pasen en la vida, y asumir las consecuencias de aquellas cosas malas que me ocurran, como parte de lo que yo mismo he elegido. Seguramente no me daré cuenta al momento de elegir, de todas las repercusiones de mis actos, pero quiero dejar de echarle la culpa a factores externos, por aquellas cosas que puedan "remar para atrás". Tengo claro que algunas no tendrán que ver conmigo, porque son consecuencia de cosas que otros han elegido y que me afectan, pero igual, quiero dejar de buscar culpables y abrazar mi Cruz.
AMÉN