Evangelio sábado 19 de noviembre
Sábado 19 de noviembre de 2022 | Gonzalo Manzano19 de NOVIEMBRE del 2022
Evangelio según San Lucas capítulo 20, 27 - 40
Sábado de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario
Se acercaron a Jesús algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le dijeron: "Maestro, Moisés nos ha ordenado: Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda. Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda, y luego el tercero. Y así murieron los siete sin dejar descendencia. Finalmente, también murió la mujer.
Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?".
Jesús les respondió: "En este mundo los hombres y las mujeres se casan, los que sean juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casarán.
Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.
Porque él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para él".
Tomando la palabra, algunos escribas le dijeron: "Maestro, has hablado bien". Y ya no se atrevían a preguntarle nada.
Meditación de Gonzalo Manzano Gonzáles
"Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes"
Jesús parece decirme: Yo no resucité para hacer de sus vidas en este mundo algo más llevadero. Su paso por esta vida es tan efímero e imperceptible, de cara a la eternidad, que sería una tontería que Yo hubiese dado mi vida por el sólo hecho de ese instante. Quiero que vivan conmigo la alegría y la gloria del Amor eterno, ese que no termina, que lo envuelve todo, para siempre. No seas ciego, y date cuenta que, aunque hoy te juegues tu santidad, y la posibilidad de resucitar conmigo a la Vida Eterna, este suspiro que es la vida terrena será como una única decisión, esa que te permitirá vivir conmigo para siempre.
Esta vida parece tan larga, llena de desventuras, alegrías pasajeras, el gozo de amar a mi esposa, a mis hijos, querer a mis hermanos y padres, trabajar hasta deslomarme, jugar, reír, llorar. Y todo eso en el fondo, no es nada para Él, en cuanto al tiempo transcurrido, y todo para nosotros, que nos jugamos la Eternidad en una vida efímera. Creo que la santidad en gran medida es ser capaz de ver en perspectiva, tomando distancia para dimensionarla, la vida en este mundo. Claro, estar tan cerca de todo, en medio de nuestra materialidad, es como no ver más allá de mi nariz. Quiero aprender a tomar distancia para ver el cuadro grande.
Señor Jesús, Tú en tu humanidad fuiste capaz de observar este mundo más allá de las fronteras propia de nuestra materialidad. Quizás ese es el gran desafío de todo cristiano. No dejes que me enceguezca mirando bizco la punta de mi nariz, sino que enséñame de a poco a entender, a mirar mi vida y al mundo con la pausa de quien sabe que más allá hay muchísimo más, pero que esa distancia sólo es útil si nos encaminamos hacia Ti, con paso decidido y teniendo cuidado de que sean pasos firmes, de las manos de tu Madre y de Ti.. Eres Dios de vivos, Señor, porque compartes con nosotros tu alegría de vivir.
AMÉN