Evangelio sábado 15 de julio
Sábado 15 de julio de 2023 | Gonzalo Manzano15 de Julio del 2023
Evangelio según San Mateo capítulo 10, 24 - 33
Sábado de la Décimo Cuarta Semana del Tiempo Ordinario
San Buenaventura Obispo y Doctor de la Iglesia. Memoria Obligatoria
Jesús dijo a sus apóstoles: "El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño. Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa! No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas. No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena. ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo. Ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres."
Meditación de Gonzalo Manzano González
"Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día."
Jesús parece decirme: Cuando te hablo en la intimidad y tú te abres a ese mensaje, tu corazón se transforma. No puede ser de otra forma, ya que Yo hago nuevas todas las cosas. Así, la conversión de tu corazón depende de ti, porque solo tú puedes abrirlo para que el Espíritu Santo te muestre la verdad de mi mensaje. Si quieres transformar tu vida, abre tu corazón, y cuando lo hagas, podrás subirte a los techos para dar testimonio de ese mensaje transformador. No te quedes indiferente ante mi mensaje, ya que no solo tú te lo pierdes, sino que haces que tus hermanos tampoco lo reciban. Un fuego que enciende otros fuegos.
Cuando medito el Evangelio, encuentro la profundidad del mensaje de Cristo. Me falta mucho para poder desentrañarlo completo, porque muchas cosas no las entiendo, o me "quedan grandes" como para comprenderlas bien. Me encantaría poder entenderlo todo de una buena vez, porque quizás así sería más fácil reconocer qué camino es mejor, en medio de lo concreto de este mundo. Pero quizás, lo que más me falta es la voluntad de vencerme a mí mismo, de reconocer mis errores y pequeñeces, y estar presto a luchar contra mi propia comodidad para ser testigo de Cristo.
Señor Jesús, hoy te pido fe para abrir mi corazón y efectivamente recibir tu mensaje. Me falta muchísimo para ser digno de tantas bendiciones, y desde ya me las das por adelantado. Me reconozco en deuda contigo, y quiero en verdad agradecerte todo lo que me das, abriendo mi corazón a tu mensaje, y así poder dar testimonio de él con mi ejemplo. No soy digno, pero Tú me dignificas para ser tu testigo. Por eso, no es el mensajero el importante, sino el mensaje que Tú quieres compartir con nosotros. Que yo me olvide de mí para no ponerme antes que la misión que Tú me pides llevar a cabo.
AMÉN