Evangelio sábado 12 de marzo

Viernes 11 de marzo de 2022 | Gonzalo Manzano

12 de MARZO del 2022

Evangelio según San Mateo capítulo 5, 43 - 48

Sábado de la Primera Semana del Tiempo de Cuaresma

Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

Meditación de Gonzalo Manzano González

"Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores"

Jesús parece decirme: Esta frase es la verdad más absoluta del Amor, porque si esto se logra, ese amor es verdadero, y semejante al que Yo tengo por ustedes. Tengo claro que no es fácil hacer esto vida, porque sus pasiones e incluso el amor que sienten por las víctimas de otros, la compasión, la empatía por esas personas, los lleva a sustraer ese amor de aquellos que generan daño en contra de ellos. Si logras amar incluso al que equivocadamente daña a tu prójimo, realmente estarás acercándote a mi Amor. Y si cuesta lograrlo, es porque hacerlo merece la pena, y se valora aún más, tanto en la tierra como en el Paraíso.

Hoy, cuando veo las noticias, me conmuevo mucho por la indolencia de algunos, o por el contraste de valores morales que para mí son obvios, pero que al parecer para otros no lo son. Los conflictos en Medio Oriente, en el Este de Europa, en el Sur de Chile, incluso en redes sociales, veo tanto rencor, una absoluta falta de respeto por el otro, ni por su persona, ni por lo que piensa. Pero no quiero fallar en lo que me dice hoy Jesús, y aunque me cuesta muchísimo, intento moderar la impotencia y la rabia que provoca tanto desamor, y termino sumido en una tristeza, que creo, se parece a la de Jesús en Getsemaní.

Señor Jesús, envuelto en un manto de dolor por otros, me acerco a Ti para regalarte cada lágrima que derramo por aquellos que sufren por el odio y la violencia. Quisiera poder hacer algo por ellos, aparte de rezar, pero mis limitaciones son grandes y sólo tengo mi corazón para regalar. Úsame a mí, Señor para cargar los pesos que oprimen a esas personas, libéralos de tanta tristeza, y regálales el consuelo de tu presencia. Hoy quiero dar la vida por ellos, para su felicidad y tranquilidad. Madre querida, que nos acoges en tu Santuario, acoge a esas almas dolidas, y llévales la misericordia de tu Hijo para que vuelvan a sonreír.

AMÉN

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