Evangelio sábado 12 de agosto
Viernes 11 de agosto de 2023 | Gonzalo Manzano12 de Agosto del 2023
Evangelio según Mateo capítulo 17, 14 - 20
Sábado de la décimo octava semana del Tiempo Ordinario
Cuando se reunieron con la multitud, se le acercó un hombre y, cayendo de rodillas,
le dijo: "Señor, ten piedad de mi hijo, que es epiléptico y está muy mal: frecuentemente cae en el fuego y también en el agua. Yo lo llevé a tus discípulos, pero no lo pudieron curar".
Jesús respondió: "¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo aquí". Jesús increpó al demonio, y este salió del niño, que desde aquel momento quedó curado. Los discípulos se acercaron entonces a Jesús y le preguntaron en privado: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?". "Porque ustedes tienen poca fe, les dijo. Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: 'Trasládate de aquí a allá', y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes".
Meditación de Gonzalo Manzano González
"¡Generación incrédula y perversa!"
Jesús parece decirme: Este regaño no es más que la frustración que siento cuando veo todos los regalos que mi Padre les ha dado, y cómo ustedes los desperdician, o simplemente no reparan en ellos. Toda la creación ha sido hecha para ustedes, pero no son conscientes de todas las demás maravillas que hemos puesto a su disposición. Algunas son más abstractas, como la fe. Ahí la tienen para que, si la piden, la tengan. Es una herramienta que solo puede darles bendiciones y felicidad, porque se basa en la confianza en Mí. Y, sin embargo, cuánta soberbia hay en sus corazones, que se creen tan capaces de lograr todo ustedes solos.
Me había costado darme cuenta de a quién se refiere Jesús con estas palabras. ¿No que nos ama, al punto de dar la vida por nosotros? Pero luego leo esta exclamación y no entiendo. Hasta que vi que se refiere a la fe de sus discípulos. Ellos, que lo conocieron de primera mano, no creen y son incapaces de ayudar al epiléptico. Hoy, es a mí a quien me dice esto, porque a cada rato me pierdo pensando que estoy solo. ¿Cómo es posible que, queriéndolo como lo quiero, no confíe en Él? Es demasiado torpe de mi parte, sobre todo si en verdad siento la calidez de su amor por mí.
Señor Jesús, hoy quiero pedirte fe. Sé que la das en la medida que la pido, así que te pido fe, para poder aceptar sin entender. Que mi corazón viva en la paz que da la confianza ciega en Ti, Señor. Que mi cabeza logre aceptar con humildad que no controla todo, y que debe dejar que ocurran cosas que no siempre serán de mi agrado. Que mi alma te tenga siempre en frente, iluminando el camino que va recorriendo, hasta llegar a tu encuentro. Madre querida, tú que eres ejemplo de fe, amasa mi corazón para que esté blando y presto para recibir ese regalo de tu Hijo y así fermente y acreciente esa confianza que tanto necesito.
AMÉN