Evangelio miércoles 6 de septiembre
Miércoles 6 de septiembre de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga6 de septiembre del 2023
Evangelio según San Lucas capítulo 3, 38 - 44
Miércoles de la vigésima segunda semana del Tiempo Ordinario
Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos. Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. De muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!". Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: "También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado". Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.
Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos
"Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto"
Siento como si el Señor me dijera "si quieres encontrarte realmente con tu Padre, si quieres compartir tu vida con Él, y llenarte de su Espíritu, debes ser capaz de alejarte del ruido, de las distracciones, incluso de las personas que te rodean, y encontrarte con Él en el silencio. Nadie alcanza la paz en medio de la vorágine; si quieres ser un verdadero instrumento mío en el mundo, debes ser capaz de detenerte y tomarte el tiempo para escuchar la voz del Padre. Solo así podrás llenarte del Espíritu que quieres llevar a otros".
En mi creencia -bastante soberbia- de que puedo ser discípulo en mis propias fuerzas y a punta solamente de buenas intenciones, me cuesta mucho tomarme el tiempo de estar con el Señor, solamente disfrutar de su presencia. En ese afán de estar "haciendo" o "produciendo", termino en un permanente estado de superficialidad, descuidando u olvidando el sentido de por qué hago las cosas. Incluso en los momentos en que podría detenerme, en lugar de rezar prefiero distraerme con cualquier tontería en mi celular. Hoy el Señor simplemente me invita a seguir su ejemplo, salir del ruido y encontrarme con Él en el silencio.
Querido Señor, qué fácil y qué difícil a la vez es encontrarme contigo. Basta con buscar un momento de silencio y tranquilidad, pero hay tantos estímulos a mi alrededor que en mi inconstancia termino cediendo a cualquier distracción que me dé satisfacción alguna inmediata pero pasajera. Ayúdame a buscarte a Ti, a llenarme de Ti, que eres la única fuente de alegría que no pasa y dé paz verdadera; a no conformarme con una vida y fe superficiales, sino que encontrarme contigo permanentemente en lo profundo del corazón, y así poder ser realmente un instrumento tuyo.
AMÉN