Evangelio miércoles 4 de octubre

Miércoles 4 de octubre de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga

4 de octubre del 2023

Evangelio según San Lucas capítulo 9, 57 - 62

Miércoles de la décimo sexta semana del Tiempo Ordinario

San Francisco de Asís, Diácono y Fundador. Memoria Obligatoria

Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: "¡Te seguiré adonde vayas!". Jesús le respondió: "Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". Y dijo a otro: "Sígueme". El respondió: "Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios". Otro le dijo: "Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos". Jesús le respondió: "El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".

Meditación de Andrés Osvaldo Iturriaga Berríos

"El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios"

Siento como si el Señor me dijera "seguirme implica una decisión, y no puede ser una decisión a medias, sino una decisión radical de vida. Los criterios humanos suelen ser muy distintos de los criterios de Dios; vivir según la voluntad de Dios te obligará en ciertos momentos a renunciar a cosas, personas o situaciones por las que sientes apego, incluso yendo contra los consejos o criterios de personas cercanas. Esto no por un afán masoquista, sino porque, cuando mires tu vida, verás que eso que dejaste de lado te impedía desplegarte realmente, te quitaba libertad para ser plenamente quien estás llamado a ser".

Siempre me ha costado entender este pasaje. ¿Es que Jesús está en contra de la familia, o de los vínculos personales? Imagino que no, ya que sabemos que justamente la Familia es uno de los principales lugares donde conocemos y experimentamos el amor de Dios. Pero sí el Señor me llama a que esos vínculos, con mis seres queridos y las cosas, sean sanos. Que los afectos o las cosas que poseo no sean una limitante a la hora de escuchar la voz de Dios, sobre todo cuando me invite a cambiar, a salir de mi comodidad. No hacer "ídolos" de ellos que, llegado el momento, sean más importantes para mí que seguir la voluntad de Dios.

Señor, a veces tu palabra parece tan exigente, tan contra intuitiva a lo que me parece bueno o deseable. Será porque estoy demasiado inmerso en mis propios criterios humanos, tan limitados, de corto plazo, incluso tan egoístas, como si yo y los míos fuéramos el centro del mundo. Ayúdame a ver mi vida con tus ojos, con esa mirada eterna, de Amor, que anhela no solamente mi felicidad y plenitud, sino también las de quienes me rodean. Regálame la constancia para permanecer a tu lado y escuchar permanentemente tu voz, para aprender a identificar tu voluntad de la mía.

AMÉN

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