Evangelio miércoles 4 de mayo
Miércoles 4 de mayo de 2022 | Osvaldo Andrés Iturriaga4 DE MAYO DEL 2022
Evangelio según San Juan capítulo 14, 6 - 14
Fiesta de San Felipe y Santiago, Apóstoles y Mártires
Dícele Jesús: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me han conocido, también a mi Padre conocerán, y ya desde ahora le conocen y le han visto. Dícele Felipe: Señor muéstranos al Padre, y nos basta. Dícele Jesús: Tanto tiempo estoy con Ustedes, ¿y no me has conocido, Felipe? Quien me ha visto, ha visto al Padre, ¿Cómo dices tú: ¿Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre está en mí? Las palabras que yo les hablo, de mí mismo no las hablo, más el Padre que en mi mora, él hace sus obras. Créanme, que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí, y si no, por las obras mismas créanlo. En verdad, en verdad les digo: Quien cree en mí, las obras que yo hago, también él las hará y mayores que estas hará porque yo voy al Padre. Y cualquier cosa que pidieren en mi nombre, eso haré para que sea glorificado el Padre en el Hijo. Si algo me pidieren en mi nombre, yo lo haré.
Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos
"¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre está en mí?"
Siento como si el Señor me dijera "¿qué pruebas necesitas para creer verdaderamente que estoy contigo? Si tienes fe de verdad, confiarías en que el Padre está en mí, y conmigo actúa continuamente en el mundo. No a través de grandes señales o milagros, si no en cada gesto de amor que se da sin aspavientos. Si quieres ver al Padre, búscalo allí, en el silencio de tu corazón, en todo aquello que te trae paz, que te eleva y te hace anhelar algo más allá de esta Tierra."
Me cuesta mucho encontrar la presencia de Dios cuando veo que a mi alrededor hay tanto caos, desorden, violencia, guerras. Pareciera incluso que Dios está ausente, como si nos hubiera abandonado a nuestra suerte. Hoy el Señor me invita a mirar mi realidad desde otro lado; a no dejar que todo aquello que me violenta y que escapa a mi comprensión me impida ver su presencia cada día; a abrir los ojos a esa realidad de amor que con tanta frecuencia queda oculta debajo de mis preocupaciones, de mi superficialidad y de mis pequeñeces.
Querido Señor Jesús, te doy gracias por llamarme a la esperanza en medio de la tormenta, por recordarme que incluso en los momentos más oscuros, tú sigues a mi lado. Ayúdame a notar tu presencia en cada detalle que me hable de Ti, a poder revisar mi día a día con los ojos de tu amor y no con los de mi orgullo o pretensión de querer comprenderlo todo. Regálame el no perderte nunca de vista, para llenarme de Ti y poder ser instrumento tuyo donde me lleves.
AMÉN