Evangelio miércoles 3 de enero

Miércoles 3 de enero de 2024 | Osvaldo Andrés Iturriaga

3 de enero de 2024

Evangelio según San Juan capítulo 1, 29-34

Miércoles de la Feria de Navidad

Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua para que sea manifestado a Israel.» Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado el Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.»

Meditación de Osvaldo Iturriaga B.

"Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo"

Siento como si el Señor me dijera "puedes seguir buscando eternamente tu felicidad o el sentido de tu vida en diversas cosas: el conocimiento, el éxito laboral, el poder, la fama, el reconocimiento, la sensación de ser querido y apreciado, pero nada de eso te llenará. Te dará satisfacción momentánea, pero de inmediato querrás más, y más. El único camino hacia Dios, que te hará experimentar la plenitud y que te ayudará a dejar atrás las cosas que te atan, soy Yo. Si vuelves tu mirada hacia Mí, si eres capaz de reconocerme, te guiaré y convertiré tu corazón, para que puedas abandonar los pecados y defectos que te alejan de Dios y que te impiden vivir plenamente".

En esta época del año de evaluaciones, de mirar lo que fue el año que pasó y pensar en lo que viene, el Señor me invita a contemplarlo, tal como Juan Bautista, y reconocerlo como el verdadero enviado de Dios a mi vida. Cuando pienso en posibles propósitos y objetivos para el nuevo año, me invita a poner como guía la imagen de Jesús, sentado al lado del Padre, iluminado por el Espíritu Santo. Que esa imagen de Cristo como cordero, que se entrega por el mundo, sea un recordatorio permanente de que todo lo que haga, incluso lo más pequeño, sea en sintonía con la voluntad de Dios, para que cada una de mis acciones sirva para construir su Reino.

Señor, gracias por este año que pasó, por todas las alegrías, por todo el crecimiento y aprendizaje, también por las dudas, miedos, fracasos y faltas, que me recuerdan lo débil y necesitado que soy. Ayúdame a que este año que comienza sea una renovación en mi fe en Ti, para poder confiar en tu poder y realmente dejarme permear y convertir. Regálame el poder estar atento a tu presencia, para que en cada acontecimiento pueda contemplarte y decir "aquí está el Cordero de Dios, que quita mis pecados".

AMÉN

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