Evangelio miércoles 28 de junio

28 de junio del 2023

Evangelio según San Mateo, capítulo 7, 15 - 20

Miércoles de la Duodécima Semana del Tiempo Ordinario

San Ireneo, Obispo, Doctor de la Iglesia y Mártir. Memoria Obligatoria

Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Por sus frutos los reconocerán"

Siento como si el Señor me dijera "cuando no sepas reconocer mi voz en las personas, observa sus frutos. ¿Sus acciones traen paz, amor o compasión? ¿O más bien división, juicios, desconfianza? Lo mismo cuando no seas capaz de reconocer cuál es la voluntad de Dios, a qué te está llamando. ¿La decisión que tomaste trae paz a tu corazón? ¿Te hace abrirte a otros? ¿O te hace volcarte sobre ti mismo y tu propia comodidad? Hijo no temas entregarte a Mi que te quiero infinitamente.

En esta época de tanta polarización, ya sea en nuestra sociedad o dentro de la misma Iglesia, me cuesta tanto distinguir la voz de Dios en medio de todo esto. ¿Cuál de todas las voces que dice hablar en Su nombre, realmente lo hace? ¿Es la que yo quiero escuchar y que se acomoda a mis creencias? ¿O es la que me cuestiona y me llama a cambiar? Hoy el Señor me invita a detenerme, a meditar y observar los frutos tanto míos como los de estas voces en conflicto, para aprender a distinguir cuáles de estos frutos ayudan a construir el Reino de Dios, y cuáles van en su contra.

Querido Señor, se me hace tan difícil escucharte en medio del ruido y el conflicto. A veces querría oírte en forma inequívoca y rotunda, pero no me doy el tiempo de buscarte, de distinguir tu presencia, que muchas veces es sutil como la brisa y no estruendosa como la tormenta. Ayúdame a perseverar en la oración, a hacer pausa del bullicio y las distracciones que me impiden mirar hacia adentro, para encontrarte en el silencio del corazón y llenarme de ti para poder llevarte a donde me envíes y ser instrumento de tu Paz en el mundo.

AMÉN