Evangelio miércoles 26 de julio
Martes 25 de julio de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga26 de Julio del 2023
Evangelio según San Mateo capítulo 13, 1 - 9
Miércoles de la décimo sexta semana del Tiempo Ordinario
Santos Joaquín y Ana, padres de la Santísima Virgen María. Memoria Obligatoria.
Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a Él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. Entonces Él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: "El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que tenga oídos, que oiga!".
Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos
"Él les habló extensamente por medio de parábolas"
Siento como si el Señor me dijera "no necesitas ser un gran sabio ni tener grandes conocimientos teológicos para acoger mi Palabra. Yo salgo a tu encuentro, y te hablo de formas sencillas en que puedes entender, en el lugar y momento en el que tú estés. Acoger mi Palabra no es un ejercicio intelectual, sino de apertura del corazón. Como la buena tierra, debes tener un corazón blando, dispuesto a recibir la semilla que te transformará y te cambiará, pero es la única manera de que puedas dar frutos abundantes".
Siempre me sorprende pensar cómo Jesús utiliza un lenguaje simple, con ejemplos de la vida diaria de las personas a las que se dirige. Sin usar conceptos rimbombantes, sin querer lucirse ni impresionar a nadie con su sabiduría, sino en la sencillez más extrema, al punto que podría llegar a parecernos ingenuo, infantil o demasiado "básico". Hoy el Señor me recuerda que no debo esperar escucharlo a través de signos complejos o de conceptos elevados, sino en la simpleza de las cosas cotidianas, que tal vez por ser tan cotidianas las paso por alto y me privo de ver la presencia divina en ellas.
Señor, te doy gracias porque estás presente en mi vida, hablándome en mi propio lenguaje, invitándome a seguirte y a acogerte de forma simple y concreta. Ayúdame a estar atento, a no olvidar que en cada momento o situación puede haber una parábola, una palabra tuya invitándome a seguirte más de cerca, a recibirte de forma más profunda, para acoger y dejar crecer esa semilla que viene de tu amor y tu acción transformadora. Regálame el no tener miedo a dejarme convertir por Ti, para no poner obstáculos a tu voluntad en mí.
AMÉN