Evangelio miércoles 24 de mayo

Miércoles 24 de mayo de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga

24 de MAYO del 2023

Evangelio según San Juan, capítulo 17, 1b.11b - 19

Miércoles de la Séptima Semana de Pascua

Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo: "Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros. Mientras estaba con ellos, cuidaba en tu Nombre a los que me diste; yo los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto. Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad. Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo. Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad."

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berrios

"El mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo."

Siento como si el Señor me dijera "no te amargues ni te indignes cuando sientas que otros te tratan injustamente, incluso si dicen mentiras sobre ti o tratan de perjudicarte. Si yo, que traje al mundo la Palabra y la Paz de Dios, recibí calumnias, humillaciones y hasta fui condenado a muerte, ¿por qué tú, con tus debilidades y defectos, no podrías recibir críticas o tratos injustos? Acepta con humildad y paz que no todas las personas te querrán o te considerarán positivamente; pretender lo contrario es un deseo imposible que viene de tu ego, mas no de Dios. Ocúpate de servirlo a Él, sin importar lo que opinen otros".

Últimamente he vivido situaciones en las que me he sentido tratado con total injusticia y falta de consideración. Aunque sean cosas sin una importancia determinante, me desvelo, me distraigo y gasto mucho tiempo y energía pensando en ello, en cómo me indignan esas personas, en lo equivocadas que están. Hoy el Señor me llama a la humildad, a aceptar que las cosas y las personas no son como yo quisiera, y me muestra además mi incapacidad de amar a quien juzgo de manera desfavorable. Y que lo único que puedo hacer es reconocer mis debilidades con honestidad, para que el Señor pueda actuar en mí.

Querido Señor, a veces me parece que seguirte es tan contra intuitivo. Mientras el mundo me invita a imponerme y a demostrarme fuerte, Tú me llamas a hacerme más pequeño, menos orgulloso, menos preocupado de cómo me ven los demás, y más de devolver amor por odio, comprensión por ofensas. Sé que es algo que va mucho más allá de mis fuerzas; regálame la gracia de creer en que Tú sí puedes actuar en mí y transformarme en un instrumento de paz en este mundo que me cuesta tanto comprender. Dame el valor de seguirte, aunque eso implique tragarme mi orgullo y negarme a mí mismo.

AMÉN

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