Evangelio miércoles 21 de septiembre
Martes 20 de septiembre de 2022 | Osvaldo Andrés Iturriaga21 DE SEPTIEMBRE del 2022
Evangelio según San Lucas, capítulo 9, 9 - 13
Fiesta de San Mateo Apóstol y Evangelista
Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?". Jesús, que había oído, respondió: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".
Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos
"Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores"
Siento como si el Señor me dijera "si quieres seguirme, lo primero que debes hacer es reconocer que estás necesitado de mi amor y misericordia. Si crees que ya eres bueno y justo, ¿cómo puedes aspirar a ser transformado por mí? Seguirme no es un camino de auto superación o crecimiento personal tal como lo entienden ustedes, sino un llamado permanente a la conversión. Es un camino que necesariamente incluye negarte a ti mismo, llegar hasta la cruz, pero no por masoquismo, sino que para desprenderte de aquello que te impide entrar en comunión conmigo, y que finalmente termina en Resurrección".
Uno de mis permanentes conflictos de fe, tiene que ver con cómo me duele la manera en que parte de nuestra Iglesia y sus miembros juzgan a otras personas, tratándolos como "pecadores" -ya sea por su orientación sexual, tendencia política, o el motivo que sea- y poniéndose a sí mismos en el podio de los "justos". Pero al yo juzgar a estas personas, caigo en la misma actitud que yo mismo repruebo, pensándome como el verdadero "justo". Hoy el Señor me llama a nunca olvidar que, si me siento llamado a ser cristiano, es primero porque soy débil, pecador y necesitado de su gracia, y sólo a Él le es dado juzgar.
Querido Señor, sé que sólo Tú eres verdaderamente justo. Así como compartías con aquellos que la sociedad despreciaba, y así como perdonabas los pecados de quienes te buscaban, también hablabas con firmeza a quienes intentaban torcer la Palabra de Dios. Ayúdame a reconocerme siempre necesitado de Ti, para nunca caer en la tentación de sentirme más o mejor que otros. Quiero permanecer unido a Ti, para que seas Tú quien actúa a través mío y no yo, con mis debilidades y mezquindades humanas, para así tratar a quienes pongas en mi camino con tu justicia y misericordia.
AMÉN