Evangelio miércoles 11 de octubre

11 de octubre del 2023

Evangelio según Lucas capítulo 10, 38-42

Miércoles vigésimo séptima semana del Tiempo ordinario

Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos". Entonces Jesús les dijo: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación".

Meditación de Andrés Osvaldo Iturriaga Berríos

"Señor, enséñanos a orar"

Siento como si el Señor me dijera "la oración es el punto de partida si quieres vivir según la voluntad de Dios. ¿Cómo puedes saber lo que el Padre quiere de ti, si no te comunicas con Él? El peor error que puedes cometer si quieres ser mi discípulo es pretender hacerlo en tus propias fuerzas y lógicas. Busca la oración con insistencia, en cualquier circunstancia o estado de ánimo. Solo así podrás transformar tu vida en una verdadera comunión con el Padre que te ama y que quiere lo mejor para ti".

En este mundo donde parece que lo que más importa son los resultados, las cifras, el rendimiento, y también las explicaciones lógicas y racionales, la oración parece ser algo muy poco "útil", un acto de ingenuidad casi infantil. ¿De qué me sirve rezar? ¿Cómo sé que Dios me escucha? Hoy el Señor me invita a abandonar la lógica de hacer las cosas por sacar algún provecho o resultado, y abrazar humildemente el misterio de ponerme en su presencia a través de la oración. Y dejar que Él me hable en el silencio, asumiendo mi fragilidad y que hay muchas cosas que escapan de mi conocimiento.

Querido Señor, es tan poco lo que tengo que hacer para acercarme a Ti, y sin embargo se me hace tan difícil. Hay tantas preocupaciones, cansancios o distracciones que en el momento siempre parecen más importantes o urgentes que tomarme un momento para ponerme en tu presencia. Regálame el poder hacer un hábito de salir algunos minutos al día de mi rutina y buscarte en la oración, en alguna de sus múltiples formas, para poder escucharte y mirar contigo mi interior. }

AMÉN