Evangelio martes 31 de octubre

31 de octubre del 2023

Evangelio según San Lucas 13, 18 - 20

Martes de la trigésima semana del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, decía Jesús: «¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.» Y añadió: «¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.»

Meditación de Juan Enrique Coeymans

"¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa".

Pareciera que Jesús nos dice: estas comparaciones son para ilustrar con sencillez, el misterio de la Iglesia, el misterio del Reino. Cuando digo que es levadura, digo que tiene concentración, que tiene fuerza vital capaz de expandir la masa, pero también que es más invisible de lo que ustedes se imaginan. El Reino no hace aspavientos para distinguirse, el Reino se sumerge en el mundo, en la vida de los hombres, pero como es puro amor, no se ve pero se siente, y el mundo crece por el amor invisible, como la masa que fermenta y se agranda.

Desde joven soñaba siempre con un reino visible, en que tomaríamos el poder, en que haríamos cosas espectaculares, pero Jesús me hace ver lo equivocado que vivo en mis percepciones. Yo al igual que los Apóstoles, pienso en el Reino con categorías humanas, y no con las de Dios. Jesús me derrumba en la forma terrenal que tengo de pensar, y me provoca para que mire el Reino con sus ojos, llenos de ternura y misericordia, de amor y de servicio sencillo y cotidiano.

Jesús, bendito seas porque nos invitas al Reino invisible a los ojos humanos, a amar con simplicidad. Gracias, Señor, por limpiar nuestros ojos de toda la soberbia que traemos en el camino, y nos diriges hacia esa zona azul y pura donde solo hay amor y primavera, alegría y donación. Señor, te pido la gracia de asemejarme a Ti en todo lo que haga, a pesar de mis limitaciones y miserias. Que María tu madre y mi madre, me eduque como a Ti, y me haga levadura en la masa.

AMEN