Evangelio martes 20 de septiembre
Martes 20 de septiembre de 2022 | Juan Francisco Bravo20 DE SEPTIEMBRE DEL 2022
Evangelio según San Lucas capítulo 8, 19 - 21
Martes de la Vigésima Quinta Semana del Tiempo Ordinario
Santos Andres Kim Taegon, Presbítero; Pablo Chong Hasan y compañeros Mártires. Memoria Obligatoria
Su madre y sus hermanos fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud.
Entonces le anunciaron a Jesús: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte".
Pero él les respondió: "Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".
Meditación de Juan Francisco Bravo Collado
Pero no pudieron acercarse a la multitud
Es como si Jesús me dijera: "Tú, hermanito, amigo, que has caminado tanto conmigo y que has sido tan regaloneado con mi cariño, tú que te has equivocado tanto y que has experimentado tanta misericordia de parte mía y de mi Padre, mira este evangelio desde la perspectiva contraria al resto. Porque tú eres el hermano que no puede llegar a mí. Que intenta y que me encuentra ocupado con otros asuntos. El que se cree con el derecho de ser de los míos por historial... quiero invitarte a que seas de los míos por praxis. Escucha la Palabra de Dios y practícala."
Ante este texto me siento incómodo. Me sorprende hasta qué punto me siento con derecho a la redención, al cariño de Dios, a la atención del Espíritu Santo sobre mi propio espíritu. Y, aunque racionalmente sé que lo tengo -soy el Hijo del Rey-, creo que es bonito experimentar mi existencia desde las ganas de ganarme el reino. Dejar de vivir como si se me regalaran las cosas -porque objetivamente se me regala la existencia- sino que obsequiarme yo mismo a mi vocación. Ser el hermano de Jesús que escucha la Palabra (con mayúscula) y que la cumple.
Jesús, gracias por este texto precioso que me regalas. Quiero ser tu hermano y tu amigo. Y para eso quiero escuchar tu Palabra y cumplirla. Hoy me comprometo a leer cada día el evangelio diario comentado por mis hermanos meditadores laicos y tomar acciones concretas para que la Palabra que tú me regalas se haga carne y habite entre nosotros. Ayúdame tú a iluminar mi entendimiento y a sostener mi voluntad para ser lo que traigo en lo más profundo de mi ser. Gracias por elegirme para ser de los tuyos y mostrarme tu rostro con tanta sencillez y cariño.
AMÉN