Evangelio martes 19 de marzo
Martes 19 de marzo de 2024 | Juan Enrique Coeymans19 de marzo de 2024
San José, esposo de la Virgen María.
Evangelio según San Mateo 1, 16. 18-21. 24a
Quinto martes de Cuaresma
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados». Cuando José se despertó hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
Meditación de Francisco Bravo Collado
"Cuando José se despertó hizo lo que le había mandado el ángel del Señor."
Es como si Jesús me dijera: "Así como José quiero que hagas tú. Porque te has convertido en un buen soñador de visiones. Yo converso contigo y te muestro con claridad qué viene, qué requiero de ti y cómo quiero que actúes. Entonces te pido que te inspires en José, que no solo soñó y escuchó lo que decía el ángel, sino que también lo hizo. Cumplió con el mandato. Fue y ejecutó lo que había decidido en su sueño. Hazlo también tú así."
Me gusta ver que este Evangelio está muy alineado con lo que he venido rezando estas últimas semanas. Sé lo que quiero. Sé qué corresponde hacer. Tengo mucha claridad y también tengo la serenidad de encontrarme con Dios en la oración profunda. Llevé a cabo un discernimiento bien hecho. Ahora es el momento de la acción. Simplemente hacer lo que ya sé que debo hacer. No necesito meditar, discernir ni visionar. Solo debo ejecutar.
Jesús, voy contigo haciendo lo que sé que debo hacer. Gracias por mostrarme el camino con claridad. Gracias por hacerte presente de forma incuestionable en mi oración. Acompáñame. Dame fortaleza. Protégeme de la tentación de sobrepensar lo que ya decidí. Protégeme del mal y la tentación. Dame fortaleza. Hazme diligente. Enséñame a ejecutar filial y providencialmente lo que me pides. Te quiero regalar mi acción cotidiana. Acompáñame a transformar el mundo para Ti y para mayor gloria tuya.
AMÉN