Evangelio lunes 25 de julio
Domingo 24 de julio de 2022 | Bernardita Marín Paul25 DE JULIO DEL 2022
Evangelio según San Mateo capítulo 20, 20 - 28
Fiesta del Apóstol Santiago
La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo. "¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda". "No saben lo que piden", respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". "Podemos", le respondieron. "Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre". Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".
Meditación de Bernardita Marín Paúl
"¿Qué quieres?"
Creo que el Señor, me quiere decir. ¿Y tú que quieres?, te interesa estar en los primeros lugares, mostrar, aparecer y tener privilegios, cuánto tiempo inviertes en estos objetivos. Mira con verdad y reconoce cuál es tu actitud que refleja finalmente tu espíritu. Si quieres ser grande no busques tu beneficio, no te mires tanto, no intentes controlar. Mira al que está a tu lado y permítele que te enseñe, aprende de él y finalmente sírvelo y si es necesario más, dale más.
Saber que quiero, no es fácil, porque ambiciono muchas cosas y realmente, mi espíritu se convulsiona en el trabajo permanente. Quiero entender y tomar el camino hacia el Señor. Esta lectura, me ha hecho detenerme y ver donde estoy poniendo mi energía y esfuerzo, veo que, en el hacer y hacer y en el cumplir, me falta ponerle a toda una gran cuota de amor y de humildad y sencillez. Mi vida no puede ser un permanente trabajar y afanarme como una Marta del evangelio.
Querido Señor Jesús. Reconocer quien soy, no luchar tanto por banalidades y hacerme humilde servidora del que lo necesite debiera ser mi tarea. Simplemente quiero entregar a otros todo lo que yo puedo dar, que Tú Señor me cuides y protejas, que tu amor sea el motor que me lleve a servir y a no buscar gratificaciones o privilegios. Tú me muestras el camino como modelo de servicio y de amor al que yo me puedo integrar. Quiero transitar contigo ese camino, dejar atrás el ajetreo de trabajar tanto, sin confiar que estás conmigo, y me cuidas. Quédate conmigo, que así sea.
AMÉN