Evangelio lunes 24 de abril
Lunes 24 de abril de 2023 | Bernardita Marín Paul24 de ABRIL del 2023
Evangelio según San Juan, capítulo 6, 22 - 29.
Lunes de la Tercera Semana de Pascua
Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos. Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste?". Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello". Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?". Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado".
Meditación de Bernardita Marín Paul
Yo soy el pan de Vida
Jesús parece decirnos: quiero entrar en tu existencia y conquistar tu corazón. Les entrego mi cuerpo que es Pan de Vida para ustedes. En cada Eucaristía, soy Yo quien me hago presente en el altar y me hago humilde hostia para entrar en tu cuerpo. Haz silencio y recibirme con humildad, con el corazón abierto, con fe, con perdón, con alegría, y con el profundo anhelo de que Yo permanezca en ti, para que sea tu inagotable fuente de gracia para la vida. Mi Padre, que es vuestro Padre, les regala sin medida gracias cada vez que ustedes me reciben.
Jesús se revela como nuestro alimento del alma; cada día debiera estar más atento en búsqueda del encuentro con él. Jesús nos llama a alimentarnos de su propio cuerpo, hecho hostia humilde. Dedo mirar con mayor profundidad la imagen de Jesús en la cruz, para recordar y hacer presente que su muerte por nosotros es nuestra verdadera fuente vida. Jesús me llama a recibirlo, con humildad, esperanza y alegría, para luego a compartirlo haciendo vivo su evangelio.
Querido Jesús, te doy gracias por ofrecerte humildemente a nosotros, porque tu mismo estás presente en el Sacramento de la Eucaristía, para donarte a tus hermanos que se reúnen en torno a ti. Quiero poder recibirte como lo hizo María y estar en permanente andar, en búsqueda de tu encuentro. Líbrame Señor de la falta de fe y de cualquier egoísmo que me impida recibirte plenamente. Que con la ayuda de María pueda compartir el amor que tú nos regalas, con quienes pones a nuestro lado.
AMÉN