Evangelio lunes 22 de abril

22 de abril de 2024

Evangelio según San Juan 10, 1-10

Cuarto lunes de Pascua

En aquel tiempo, dijo Jesús: «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

Meditación de Bernardita Marín Paúl

"Ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz".

Creo que el Señor me quiere decir: tienes mucha capacidad de crear vínculos, créalos conmigo. Visítame, conóceme, conéctate y ahí estarás protegida y no te perderás. Sabrás cuál es el mejor camino para encontrarme, para ti y los que te rodean. Relaciónate conmigo desde todas tus facetas: como madre, esposa, hermana y amiga. Esta unión será única entre nosotros dos, y tú me vivirás. Yo estaré contigo en el momento de amar, luchar y decidir. Tendrás el camino seguro, la paz y la alegría del corazón.

¡Con qué cariño me dirige y enseña nuestro Señor! Relato amoroso, lleno de paz y seguridad. Aquí me siento protegida por mi Pastor y Padre Dios. Él me conoce y sabe que muchas veces me pierdo. Es el ego que gana la batalla en la que lucho para ser una ofrenda para Dios y los demás. El Señor quiere que lo reconozca esté donde esté, y quiere que sea parte de su rebaño para moverme con Él. Esta lectura me da la paz y la esperanza que busco. Me invita a un caminar seguro y en la dirección correcta. Sin duda me llevará a la plenitud. Es Él quién me busca primero y que quiere ser parte de mi vida, creando un vínculo de amor permanente conmigo.

Señor, toda relación y vínculo requiere de dos para crearse y desarrollarse. Permíteme llegar a conocerte y adentrarme en tus misterios. Dame la fuerza y perseverancia para encontrarlo.
Conocerte y amarte es un desafío. Así podré llevarte a todo lugar y persona, y que otros te conozcan. Permíteme disminuir mis angustias y miedos, que muchas veces paralizan el caminar seguro y firme junto a Ti. Concédeme ir con los míos a abrir la puerta de tu casa. Que así sea.

AMÉN