Evangelio lunes 2 de octubre
Lunes 2 de octubre de 2023 | Bernardita Marín Paul2 de octubre del 2023
Evangelio según San Mateo capítulo 18, 1 – 5. 10
Lunes de la décimo sexta semana del Tiempo Ordinario
Santos Ángeles Custodios. Memoria Obligatoria
En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?". Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial."
Meditación de Bernardita Marín Paul
"el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos."
Creo que el Señor me quiere decir; intentas controlar todo, y usar toda tu astucia buscando ser querida, no perderte de nada, ser reconocida. Es una carrera hacia la eternidad, no has empezado y ya estás cansada. Te exiges en tantas áreas y cumples muy bien. Yo solo te pido que seas feliz y hagas que tu camino sea dulce, bello, diviértete, juega y disfruta como niña. Recupera desde lo más íntimo, los anhelos y conquístalos tranquila y pausadamente, sin ansiedad. Busca tomar la vida como niña, la que no tiene poder o control sobre las cosas o personas, su mayor felicidad está en ser libre y confiar en que hay alguien que la protege.
Llego a soñar despierta, cuando pienso lo que significaría para mi volver a ser como niña. Qué livianas, pacíficas y llenas de amor fueron mis experiencias. Pienso que se debieron, más que nada a la protección que tuve. En qué minuto dejé de ser pequeña, humilde y de corazón puro y trasparente, que goza con todo, porque la vida la sorprende con sus regalos, y bellezas. No importa cuando maduré, solo importa que la madurez es fruto de reconocer en mi vida el amor que Dios me tiene.
Gracias Señor por darme la oportunidad de volver a ser como niña. Tú eres capaz de borrarlo todo y volver a acurrucarme y demostrarme tu amor. Gracias por regenerar la confianza, que muchas veces la he puesto en el lugar equivocado y gracias porque a través de esta lectura, he recuperado la ilusión de una vida plena, liviana, por sé que Tú eres mi Padre que cuidara de mí, aunque no niña, pero con la intención de serlo para poder vivirte, como realmente eres.
AMÉN