Evangelio lunes 18 de julio

Lunes 18 de julio de 2022 | Bernardita Marín Paul

18 DE JULIO DEL 2022

Evangelio según San Mateo capítulo 12, 38 - 42

Lunes de la Décimo Sexta Semana del Tiempo Ordinario

Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: "Maestro, queremos que nos hagas ver un signo". El les respondió: "Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón."

Meditación de Bernardita Marín Paúl

"Maestro, queremos que nos hagas ver un signo".

Creo que el Señor me quiere decir: Reza y quédate conmigo, con paciencia, los signos de los tiempos o señales están, es cosa de que mires, ábrete a entender como me manifiesto en tu vida, en tu historia, y nación. Mira internamente, escucha al Espíritu, que es el mío en donde estoy yo y la sabiduría, así podrás tomar buenas decisiones y discernir la voluntad del Padre y no esperar señales externas. Me encarné y me hice hombre, ahí tienen la señal mas grande en la historia.

El Señor se manifiesta siempre en mi interior, se revela constantemente, me brinda compresión, sabiduría, es ahí donde habita y actúa. Los milagros ocurren en cada momento en que yo percibo el amor de Dios, como signo de su amor. Cuando tengo paz, cuando mi conciencia me habla de los hechos o cuando siento infinito amor, sé que son grandes signos de la presencia de Dios en mi vida. ¿Esperamos signos externos? los hay, para verlos, tengo que estar con apertura interior, de lo contrario, todo pasara desapercibido.

Señor, dame un espíritu claro y puro, en donde Tú estés y que sepa entender que mi relación contigo comienza en mí, en la identificación con lo divino. Tu te hiciste presente como gran signo de tu amor, permíteme entender el gran misterio de la Redención. Habita en mí y con nosotros para que busquemos hacer todo lo bueno que esperas. Señor dame la gracia de no esperar otro signo que tu amor cotidiano por mi y por todos tus discípulos

AMÉN

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