Evangelio lunes 12 de septiembre

Lunes 12 de septiembre de 2022 | Bernardita Marín Paul

12 DE SEPTIEMBRE DE 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 7, 1 - 10

Lunes de la Vigésima Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

Cuando Jesús terminó de decir todas estas cosas al pueblo, entró en Cafarnaún. Había allí un centurión que tenía un sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba mucho.
Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a curar a su servidor. Cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: "El merece que le hagas este favor, porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga". Jesús fue con ellos, y cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir por unos amigos: "Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa; por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque yo -que no soy más que un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes- cuando digo a uno: 'Ve', él va; y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: '¡Tienes que hacer esto!', él lo hace". Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe". Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron al sirviente completamente sano.

Meditación de Bernardita Marín Paúl

"Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa..."

Creo que el Señor me quiere decir: El centurión se acerca con fe y humildad, formas que a mi Padre conmueven. Hombre abierto a la verdad y necesitado del favor de Dios, reconoció el poder y autoridad. Su corazón puro, confiado, es reconocido por mi Padre Dios. Confía en mí, ten esperanza y seguridad que yo puedo sanar tus heridas, darte la seguridad que necesitas, pon humildemente tus fuerzas a mi disposición y acrecienta esa fe libre, que sabe que nunca te fallaré.

Cuidar mi fe, que regalo, que haría sin ella, mi espíritu tiene un lugar donde reposar y entender, los vaivenes de la vida. Y el contacto entre lo humano y divino, es nuestra conciencia que nos habla de Dios, que es puro amor y entrega. Esa fe es la que me hace escalar a lindas profundidades, en que quiero estar con Dios, solo El, me da la paz y sosiego, que necesito. Respeto y confió en su íntima y real profundidad para dar vida a todo lo que me rodea.

Ayúdame Señor a reconocer cual son mis verdaderas y reales necesidades, para pedirte que, desde la humildad, y confianza Tú me acompañes en mi caminar. Que mi vida en el Espiritu, engrandezca tu obra Señor, porque desde esa profundidad reconozco Tu Reino de amor. Confió en que estas conmigo en lo grande y pequeño, porque solo intento hacer tu santa voluntad. No me abandones Señor, bendito y alabado seas ahora y por los siglos de los siglos.

AMÉN

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