Evangelio lunes 12 de febrero

Domingo 11 de febrero de 2024 | Bernardita Marín Paul

12 de febrero de 2024

Evangelio según San Marcos 8,11-13

Sexto lunes del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo. Jesús dio un profundo suspiro y dijo: «¿Por qué esta generación reclama un signo? Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación». Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

Meditación de Francisco Bravo Collado

"Les aseguro que no se les dará ningún signo"

Es como si Jesús me dijera: "Tú, amigo y hermano mío, al igual que los fariseos de este texto, no me busques en cosas espectaculares. No esperes milagros, ni signos. Encuéntrame en tu corazón, en tu oración, en la sonrisa de tus hijas, en el abrazo de tu mujer, en el cariño de tus hermanos y de tus amigos. ¿Signos? ¿Qué más signos esperas? Ahí están, en lo cotidiano y bello que te rodea siempre. El corazón que te dio mi Padre es mucho más sensible al cariño humano, a la contemplación de la naturaleza y a la apreciación del arte que al descubrir milagros. Entonces, ¿por qué quieres alimentarlo con algo que no lo va a saciar?"

Este texto me sorprende por lo directo. Hay pocas interpretaciones y, sin embargo, me sorprende. Muchas veces quisiera que Dios me hablara de formas más llamativas. Dios no me va a botar del caballo camino a Damasco, sino que me habla todos los días en cosas sencillas que están conmigo. Qué bonito que mi nombre, Francisco, sea del santo que le cantó al sol, a los animales y a la naturaleza. Qué bonito que mi otro nombre, Juan, sea el del profeta que encontró a Dios en el desierto, comiendo langostas y vistiendo ropas incómodas. Siento que Jesús me llama, nuevamente, a buscarlo en lo cotidiano.

Jesús, gracias por venir a mi encuentro con fuerza en tantos momentos, paisajes, personas y situaciones. Gracias por llamarme a ser tu amigo y tu discípulo en mi vida diaria. Te ofrezco mi meditación sencilla que se maravilla por las cosas simples. Estas vacaciones quiero descubrirte a tiempo completo. Envíame tu Espíritu Santo para que vea con claridad hasta qué punto cada detalle de la creación, cada aspecto de mi vida, cada sutileza de la obra de mis hermanos es un regalo de amor, un signo patente de tu amor por mí y por mis hermanos.

AMÉN.

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