Evangelio jueves 7 de marzo
Jueves 7 de marzo de 2024 | Osvaldo Andrés Iturriaga7 de marzo de 2024
Evangelio según San Lucas 11,14-23
Tercer jueves de Cuaresma
En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo. Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: «Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».
Meditación de Sebastián Castaño Fueyo
"El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama".
Jesús parece decirnos: Quiero que estén muy unidos a Mí, que estén conmigo. Yo quiero ser la paz y la esperanza para todos, Están enfrentados a la tentación de la relativización de la realidad, y en consecuencia a negarme. Cuídense de creer que el mal puede vencer al bien, o que el mal no es tan malo... ahí es cuando su mente está anestesiada y equivocan el camino. Quien me busca y se abre a que yo habite su corazón, y que busca discernir, aunque caiga, encontrará el camino del bien y de la verdadera paz.
Creo que Jesús me llama a estar atento, más vigilante, ante diversas situaciones y realidades frente a las cuales no debo permanecer indiferente. Puedo caer en la tentación (y el error) de pensar de que todo está bien por no hacer el ejercicio consciente de discernir. Con la oración puedo ir descubriendo, o discerniendo, qué cosas vienen de Dios cuales no, aunque estas me puedan parecer buenas. Veo que tropiezo con las mismas piedras, con mis debilidades... y si no las expongo ante Dios, me terminan alejando de Él.
Querido Jesús, gracias por estar fielmente atento y disponible para acompañarnos. Sé que tienes un corazón misericordioso y paciente para cada uno de nosotros. Dame Señor la sabiduría para reconocer el camino del bien y la fuerza y la voluntad para seguirlo sin relativizar. Y cuando caiga, quiero tener la humildad de presentarte mis faltas y mis debilidades, para que me libres del mal.
AMÉN