Evangelio jueves 6 de julio

Jueves 6 de julio de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga

6 de Julio del 2023

Evangelio según San Mateo, capítulo 9. 1 - 8

Jueves de la Décimo Tercera Semana del Tiempo Ordinario

Jesús subió a la barca, atravesó el lago y regresó a su ciudad. Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados". Algunos escribas pensaron: "Este hombre blasfemo". Jesús, leyendo sus pensamientos, les dijo: "¿Por qué piensan mal? ¿Qué es más fácil decir: '¿Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate y camina'? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". El se levantó y se fue a su casa.
Al ver esto, la multitud quedó atemorizada y glorificaba a Dios por haber dado semejante poder a los hombres.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados

Jesús parece decirnos: Dios quiere que seas feliz; que seas pleno eternamente. Me hice hombre, y vine al mundo para mostrarles un camino para ser felices y plenos, ese camino es el amor a Dios y al prójimo. No dejes que tus caídas y debilidades te enfermen y te alejen del amor. Preséntate humilde y con total confianza ante tu Padre, que es misericordioso, para que El limpie tu alma. Así aun cuando puedas sufrir dolor o enfermedad, podrás afrontar tu vida con esa seguridad y alegría de saberte amado por Dios, quien será tu fuente infinita de amor.

Jesús me invita a revisar la salud de mi alma, mirando cuáles son esas conductas constantes que pueden alejarme de Él y de mi prójimo. Y luego me invita a ponerlas frente a Dios para que nos regale su perdón. Si por el contrario, me cierro e ignoro mis pecados, viviré como paralizado, sin poder dar todo el fruto que Dios quiere para mí, sin poder ofrecer mis manos para colaborar con Cristo por el bien de otros. Y, en definitiva, impidiéndome encontrar esa verdadera felicidad y plenitud que Dios nos ofrece como sus hijos amados.

Querido Jesús, tú quieres salvarnos por tu infinito amor y quieres vernos felices en la vida. Quisiera llevar una vida más apegada a tu ejemplo y ofrecerte todo lo que soy sin restricciones. Tú me conoces, no dejes que ignore tu invitación, ya sea porque vivo paralizado por mis temores y debilidades, o porque estoy demasiado ocupado para tus planes. Regálame Señor la gracia de la fe y dame la fuerza para salir al encuentro tuyo y de quienes tu pones a mi lado día a día.

AMÉN

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