Evangelio jueves 6 de abril
Jueves 6 de abril de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga6 DE MARZO DEL 2023
Evangelio según San Juan capítulo 13, 1 - 15
Jueves Santo. Misa Vespertina
Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: "¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?". Jesús le respondió: "No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás". "No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!". Jesús le respondió: "Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte". "Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!". Jesús le dijo: "El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos". El sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: "No todos ustedes están limpios". Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: "¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes."
Meditación de Sebastián Castaño Fueyo
Empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura
Jesús parece decirme: Yo Soy, he venido del Padre a servirte y amarte para darte verdadera vida. Mi Padre depositó todo el poder en mi, y decidí cumplir la misión y su voluntad sirviendo y amando a mis discípulos hasta el fin. Hoy, en esta semana santa, estoy aquí atento a servirte y amarte, para limpiarte de tus cargas y sacarte el peso de la vida. Sólo tienes que acercarte, con humildad, para dejar que te lave con el amor y misericordia del Padre que me envió a buscarte. Así podrás compartir mi suerte
En este evangelio, Jesús me llama en primer lugar a abrir mi corazón y dejarme lavar y guiar por su amor; y luego a lavar los pies del prójimo (y dejarme lavar por ellos también). Para mí, el desafío está en salir al encuentro de otros, a buscar dar y también buscar recibir. El amor es recíproco, necesita entregar y aceptar ser amado, no sirve sólo lo uno o lo otro. El ejemplo y entrega infinita de Jesús me conmueve y me da fuerza, no sé por qué a veces lo olvido.
Querido Jesús, gracias por haberte hecho hombre y aceptar con humildad y entrega infinita ser el Siervo del Padre para nuestra salvación. Aun cuando el Padre puso todo en tus manos fuiste humilde y obediente para aceptar su voluntad y mostrarnos el camino del servicio entre nosotros. Ayúdame Jesús a logar servir más, a no guardarme sino a darme con humildad y entrega por otros. Pongo en tus manos todas mis debilidades, y te pido que me limpies para poder ser digno de recibirte en mi corazón. Te agradezco el regalo de la vida y de la familia que me has encomendado amar.
AMEN