Evangelio jueves 5 de mayo

Jueves 5 de mayo de 2022 | Sebastián Castaño

5 DE MAYO DEL 2022

Evangelio según San Juan capítulo 6, 44 - 51

Jueves de la Tercera Semana de Pascua

Jesús dijo a la gente: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí. Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre. Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron.
Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente

Jesús parece decirnos: quiero entrar en tu vida y alimentar tu alma. Les entrego mi cuerpo y mi sangre como verdaderos alimentos de Vida para ustedes. En cada Eucaristía, me hago presente en el altar y ofrezco mi cuerpo, en forma de una simple hostia, para intentar cada vez alimentar tu espíritu. Intenta recibirme con humildad, con un corazón abierto, con fe, con perdón, con alegría, y con el profundo anhelo de que Yo permanezca en ti y sea tu inagotable fuente de gracia para la vida.

Jesús se revela como nuestro alimento del alma. En cada Eucaristía, es Cristo quien se ofrece como alimento para saciarnos. Por nuestra parte, el desafío está en vivir, en cada Eucaristía, ese encuentro con Jesús y dejarnos alimentar con su gracia. Debo mirar con mayor profundidad la imagen de Jesús en la cruz, para recordar y hacer presente que su muerte por nosotros es nuestra verdadera fuente vida, que nos permite experimentar la resurrección y la verdad, mientras caminamos hacia el encuentro definitivo con El.

Querido Jesús, te doy gracias por ofrecerte fielmente a nosotros, porque estás presente cada vez en el Sacramento de la Eucaristía para donarte humildemente a tus hermanos que se reúnen en torno a ti. Jesús, quiero poder recibirte como lo hizo María y estar en permanente andar en búsqueda de tu encuentro. Líbrame Señor de la falta de fe y de cualquier egoísmo que me impida recibirte plenamente. Que con la ayuda de María pueda compartir el amor que tú nos regalas, con quienes pones a nuestro lado.

AMÉN

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