Evangelio jueves 28 de julio
Miércoles 27 de julio de 2022 | Sebastián Castaño28 DE JULIO DEL 2022
Evangelio según San Mateo capítulo 13, 47 - 53
Jueves de la Décimo Séptima Semana del Tiempo Ordinario
Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. ¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron. Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo".
Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí.
Meditación de Manuel José Ibáñez Aldunate
"Se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo".
El Señor pareciera decirnos hoy: "Yo estoy presente en todas las cosas y en todo tiempo. Estuve en el principio y estaré en el final de los tiempos. También he estado en cada momento de tu vida, y quiero seguir estando. Por eso te invito a tomar tu historia completa, todo lo que hay de antiguo, y unirlo con cada uno de los regalos que te doy diariamente. Yo hago nuevas todas las cosas, incluidas aquellas que no te gustan de tu vida o tu pasado. Cree en mí, que todo lo puedo."
Hoy es Jesús mismo quien me llama a reconocer la permanente novedad de su Reino. Es Él quien transforma el agua en vino y mi historia de pecado en historia de salvación. Cristo me invita a dejar a un lado los miedos y las dudas, para vivir en plenitud la vida que me ha regalado. Pienso en todas las veces que me cuesta aceptar los cambios a los que el Señor me invita, por miedo a salir de los esquemas que ya he construido. Pero es Él mismo el que me llama a integrar mi historia de vida, con todo lo que ha pasado y lo que vendrá.
Gracias querido Señor por invitarme a mirar mi pasado, mi presente y mi futuro con tus ojos. Te doy gracias por todo lo que me has dado, incluidos los dolores y tristezas. Te agradezco especialmente por mi familia y amigos, quienes me acompañan cada día. Te pido Señor que derrames sobre nosotros tu gracia y nos ayudes a permanecer unidos en medio de los cambios y a lo largo de los años. María, tú que en todo momento pusiste lo mejor de ti al servicio del Padre, guíanos en nuestro camino hacia tu Hijo.
AMÉN