Evangelio jueves 27 de abril
Jueves 27 de abril de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga27 de ABRIL del 2023
Evangelio según San Juan, capítulo 6, 44 - 51.
Jueves de la Tercera Semana de Pascua
Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí. Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre. Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".
Meditación de Sebastián Castaño Fueyo
Yo soy el pan de Vida
Jesús parece decirnos: quiero entrar en tu existencia y conquistar tu corazón. Les entrego mi cuerpo que es Pan de Vida para ustedes. En cada Eucaristía, soy Yo quien me hago presente en el altar y me hago humilde hostia para entrar en tu cuerpo. Haz silencio y recibirme con humildad, con el corazón abierto, con fe, con perdón, con alegría, y con el profundo anhelo de que Yo permanezca en ti, para que sea tu inagotable fuente de gracia para la vida. Mi Padre, que es vuestro Padre, les regala sin medida gracias cada vez que ustedes me reciben.
Jesús se revela como nuestro alimento del alma; cada día debiera estar más atento en búsqueda del encuentro con él. Jesús nos llama a alimentarnos de su propio cuerpo, hecho hostia humilde. Dedo mirar con mayor profundidad la imagen de Jesús en la cruz, para recordar y hacer presente que su muerte por nosotros es nuestra verdadera fuente vida. Jesús me llama a recibirlo, con humildad, esperanza y alegría, para luego a compartirlo haciendo vivo su evangelio.
Querido Jesús, te doy gracias por ofrecerte humildemente a nosotros, porque tu mismo estás presente en el Sacramento de la Eucaristía, para donarte a tus hermanos que se reúnen en torno a ti. Quiero poder recibirte como lo hizo María y estar en permanente andar, en búsqueda de tu encuentro. Líbrame Señor de la falta de fe y de cualquier egoísmo que me impida recibirte plenamente. Que con la ayuda de María pueda compartir el amor que tú nos regalas, con quienes pones a nuestro lado.
AMÉN